El Cruzeiro, ¿en el espejo?

Soy un profundo admirador de Ronaldo, tanto dentro como fuera del verde, pero creo que ha metido la pata hasta el fondo. En un momento en el que debe primar la tranquilidad, la estrecha e inquebrantable comunión entre la hinchada y el equipo, no puede lanzar ese mensaje ni para la hacer la gracia. De hecho, creo que tiene poca gracia. Más bien ninguna. Lo único que consigue es ensuciar un camino deportivo que debe lucir inmaculado para que, a la vuelta de un puñado de jornadas, el Conde Ansúrez luzca gallardo con la bandera blanquivioleta. En el Pucela siempre pasan cositas, va en el ADN de la institución, pero que el dueño del club, en plena recta de meta, añada obstáculos que pueden convertir el triple carril en un meandro, es surrealista.

Ronaldo y su equipo de trabajo han modernizado el club, lo han dotado de estructura e infraestructura, y lo han hecho crecer en todos los sentidos menos en el deportivo. Cero dudas. Ahora bien, del mismo modo que hace un año tenía claro que no había venta, ahora me temo que la operación puede estar a un garabato de hacerse realidad. Es opinión, no tengo datos contrastados, pero las sensaciones de plena seguridad que manejaba cuando aposté con firmeza, las tengo ahora, pero en sentido opuesto. Hay indicios más allá de la sentencia del presidente. El negocio ha sido redondo en el Cruzeiro. En el caso de la entidad castellana, con una menor inversión inicial, el trato resultará más asequible y no creo que tenga problemas para colocar el club a algún fondo con interés balompédico.

La frase de Ronaldo convierte las pistas en certezas. También su forma de decirlo. Cogió aire, pensó y lo lanzó convencido, con mucho poso por detrás de la media sonrisa. La aceptación del cambio del escudo, el acopio de euros a través de las ventas para reverdecer el balance, Pezzolano como piedra angular del orden interno incluso por encima de los objetivos deportivos, el club de negocios como plataforma de inmersión territorial o el trasvase de perfiles profesionales, entre otros, representan diferentes pilares que se alinean para convertir al club en un pack estable, 360, saneado y modernizado para elevar su valor y dar el pase. Solo falta la guinda del ascenso, aunque creo que en este caso la luz puede llegar incluso en Segunda. Si esto sucede, solo pido que los nuevos propietarios sean serios y entiendan lo que representa el club para la ciudad más allá de los euros y las especulaciones.