¿Qué es competir para el Real Valladolid?
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Partido de vuelta ·
El club blanquivioleta debe cambiar ya el chip y salir del estancamiento en el que viveUno de los verbos más manoseados esta temporada en el Real Valladolid es competir. Lo recita Luis García, lo refuerza Álvaro Rubio y lo apuntala ... la plantilla. «Lo importante es que el equipo vuelva a competir», apuntan como si estuvieran orando en latín diecisiete 'padrenuestros' como penitencia después de una confesión espinosa. ¿Qué es competir? Vamos a la RAE. Primera acepción, «oponerse una persona o cosa a otra para conseguir el mismo objetivo». Si analizamos el curso blanquivioleta, nos topamos con una realidad, ni fin ni medios. Es decir, que el conjunto castellano apenas se ha opuesto al rival, en contadas ocasiones, y hace tiempo que dejó de buscar el mismo objetivo, porque mientras los adversarios compiten por ganar y progresar, en el Pucela ya se conforman con no terminar con la portería llena de goles. Poca competencia y menos competitividad.
Si la primera entrada de la RAE nos deja un espacio incierto en la declinación del verbo competir para el Real Valladolid, la segunda lo descarta completamente. Veamos. «Ser susceptible de comparación una persona o cosa con otra en algún aspecto». Aquí ya no tenemos nada que hacer. Si nos vamos a la arista comparativa, el conjunto vallisoletano pierde siempre. Por eso va último con 16 puntos y no revienta el récord negativo del Sporting (13) porque es muy difícil hacerlo peor. Incluso para el Pucela. Si trasladamos a los despachos esta segunda acepción de la RAE, el bochorno es absoluto porque, mientras otros clubes han buscado soluciones y han fichado talento, el Pucela ha vendido certezas para firmar incertidumbres. El caso más claro es el Valencia, que también tiene a la hinchada de uñas con la propiedad. Por lo que sea, de Lim hacia abajo las cosas fluyen de otra forma y el plan les está funcionando. Un entrenador comprometido, pinceladas para reforzar puestos clave y reinserción de futbolistas que no estaban rindiendo a su nivel. En el Real Valladolid el guion ha viajado por un 'storytelling' completamente opuesto. De ahí que el cuadro ché esté fuera del descenso y la entidad pucelana únicamente se encuentre esperando el último latigazo de la guadaña.
El club debe cambiar ya el chip y salir del estancamiento en el que vive. El verbo competir no puede quedarse en evitar la goleada. «Está claro que no nos da», confiesa Álvaro Rubio. Un argumento demasiado sobado. Lo llevamos escuchando toda la temporada. Primero Pezzolano, después Cocca y en última instancia el técnico interino. Una entidad profesional con un mínimo de decoro no puede conformarse con competir, porque competir es lo mínimo que se le debe exigir a un profesional. El esfuerzo, el sacrificio y la actitud van en la nómina. Y si la conclusión generalizada es que la plantilla no da para más, los análisis internos que promulgan Luis García y Domingo Catoira, que volvió a incidir en la idea en la previa del choque de Anoeta, son un bulto sospechoso. Si necesitan más datos es tan fácil como echar un vistazo a los resultados y la clasificación. No hay forma más gráfica de entender que no es hora de escrutar, sino de actuar y planificar.
Ahora que la sociedad va camino del gobierno de la inteligencia artificial, si Catoira, André, Mazziotti, García y Ronaldo necesitan más variables para descifrar el sonoro fiasco de una de las peores temporadas de la historia del club, solo tienen que currarse un poco a ChatGPT. Seguro que la IA, con cariño, les ayuda a ponerse en marcha y dejar de perder el tiempo en análisis cuyos resultados saltan a la vista.
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