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Los jugadores del Rayo celebran un gol con Moro como testigo. Alberto Mingueza
El cesto y los mimbres
Opinión

El cesto y los mimbres

Partido de vuelta ·

«El primero que debe poner a cero su contador es el propio técnico, que sigue sin encontrar un dibujo coherente»

Juan Ángel Méndez

Valladolid

Miércoles, 16 de octubre 2024, 18:07

Un equipo sin un delantero centro que haga goles solo puede aspirar a malvivir y rezar todo lo que sepa para ser el menos malo de los aspirantes. La historia del fútbol está repleta de casos en los que plantillas modestas consiguieron la gloria gracias ... a la pericia de su 'killer'. Si una temporada echa el telón sin que el nueve sea el estandarte emocional de los hinchas, el resultado suele aproximarse más al drama que a la sonrisa. Cuando un fan prefiere ponerse en la espalda el 9 de Peternac antes que el número de Sylla, Latasa o Marcos André, mal rollo. En el caso del Real Valladolid, la situación se agrava por el enorme boquete que tiene en el centro de la retaguardia, cogido con alfileres, y las penurias de la planificación deportiva, que se acuestan sobre la salud de Rosa y Luis Pérez. Si están intactos, hay vida atrás. Si uno se lesiona o está sancionado, como el brasileño esta semana, toca tirar de plegarias para que el improvisado recambio que aplique Pezzolano no ensanche el descosido.

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