Secciones
Servicios
Destacamos
La RFEF debería instaurar el 'Catoirazo' como asignatura imprescindible para obtener el título de director deportivo. Digo imprescindible porque representa un manual de lo que no se debe hacer si uno pretende que su club no se abone al fracaso y termine en la ruina. ... Cuando firmó por el Real Valladolid, un buen amigo de Barcelona me llamó y me dijo, textual:
- «Estáis jodidos».
No le tomé en cuenta. Un calentón, pensé. Me dije, bueno, si le han dado la confianza será por algo. Ronaldo es un tipo inteligente. Me explicó los desmanes perpetrados en el Espanyol, donde también fabricó plantillas incompletas, pero yo continué enfrascado en mi esperanza. Si lo han hecho al filo del cierre del mercado de verano será porque Domingo lo vale, me autoconvencí como el alumno que se presenta a un examen de quince temas sabiéndose medio.
Aquella ilusión comenzó a resquebrajarse cuando Catoira dibujó una plantilla insuficiente para afrontar la vuelta a Primera División. Sin lateral izquierdo, pero con Pezzolano, Kenedy, Machis, De la Hoz, Meseguer, Torres y todos a los que el club había abierto la puerta de salida. ¿Qué podía salir mal con un vestuario descompensado y la calidad entre algodones? 'Catoirazo' en estado puro. Cuatro meses después de este primer desaguisado, Domingo no ha tenido tiempo para enderezarlo. Lo ha fiado todo al último suspiro para volver a perpetrar un ejercicio indigno para un club, que comenzó el mercado de invierno a dos puntos de la salvación y lo termina a ocho, con los futbolistas a grito pelado, Cocca en vilo y una plantilla incluso peor que la que arrancó el curso. ¿Es posible? Lo es. 'Catoirazo' se llama.
Imagino que Domingo tirará de verbigracia y aire de superioridad para explicar que han hecho lo que han podido y que está satisfecho con el resultado del mercado de invierno. Faltaría más. Si aparcamos el relato subjetivo, la realidad es que el Real Valladolid ha perdido a dos de sus pilares defensivos, Juma y Rosa, y a un titular habitual en el centro del campo, Kike, para firmar a un puñado de desconocidos que solo Catoira sabe que van a mejorar al equipo. Ha vendido piezas clave para fichar interrogantes. A Moro, el mejor de todos, le salvó la lesión. Si esto forma parte del modelo de negocio, no tengo mucho más que añadir. El euro es el euro. No será asumible, sin embargo, que la dirección deportiva defienda que ha reforzado al equipo en el zoco de enero. La RAE lo deja claro. Reforzar: «Engrosar o añadir nuevas fuerzas o fomento a algo». El Pucela no ha añadido, ha cambiado fichas. Y, lo que es peor, ha perdido vigor y activos en el trueque.
Querido lector, si algún día piensa en enfocar su vida hacia la dirección deportiva de un club, repase bien la trayectoria de Domingo Catoira en el Real Valladolid y ubíquese en la orilla contraria. Sacará matrícula de honor. Hacerse un 'Catoirazo' de manual es cerrar una plantilla sin lateral izquierdo, ser incapaz de sacar del club a los que sobran, decir una cosa y hacer la contraria, convertir el fair play financiero en un circunloquio, transformar activos sólidos propios en jugadores a préstamo, dejarlo todo para el último segundo y tardar un año en darse cuenta de que el cambio de entrenador era algo imprescindible para esquivar el desastre. Con la confirmación del mercado como un fiasco más, solo nos quedan dos fechas por conocer: la del descenso matemático y la de la venta del club para empezar de cero. Esperemos que entre una y otra, Cocca siga al frente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.