Mesa, Masip y Monche tras encajar el gol Gerard Franco-LOF

Joselu arruina la meritocracia del Real Valladolid

Gambeta larga ·

El delantero del Espanyol aprovecha un error en la marca de Javi Sánchez para apuntillar a un Real Valladolid con más tiniebla que claridad durante todo el partido

Juan Ángel Méndez

Domingo, 16 de octubre 2022, 20:45

Un control menos, un palmo más para León

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Sergio León no tuvo mucho protagonismo, pero se llevó el haz del foco al filo del descanso. Al andaluz le sobró un control y le faltó un palmo para rematar con la precisión que destiló en Getafe. ... Fue la mejor oportunidad del Real Valladolid en el primer acto. El nueve encontró el boquete, salió como una bala, perdió gas al entrar en la zona caliente y no pudo armar la pierna para orientar el disparo. Hasta este demarraje, León vivió en penumbra. Con la marca tensa en el cogote, apenas tuvo opciones. Tampoco le ayudó el fútbol del Pucela, con más control que dinamita, la sierra con pocos dientes y mucho mango.

La reválida de Feddal y el gafe de la defensa

A los defensas del Real Valladolid les ha mirado un tuerto en un pasillo sin luz. No es normal. Ayer cayó Fresneda. Pacheta improvisó retaguardia con Escudero en el perfil diestro. Los costados cumplieron. En el eje, llegó la reválida para Feddal, que tuvo que bailar con Joselu, uno de los rivales más ásperos que se puede encontrar un central. Que le pregunten a Javi Sánchez. El marroquí se aplicó con celo, aunque se le ve todavía inquieto con el balón y algo lento en el corte. La amarilla que vio es el vivo retrato del futbolista que aún se encuentra en el camino hacia su versión más fina. Joaquín le suplió en el descanso.

Un fútbol con poco pincho y mucho corcho

El Pucela buscó ajustar el nudo antes que descoser la goma hasta el minuto 60. Pacheta apostó por Monchu en la medular. Kike apareció menos y los pucelanos se obturaron en el último pase. Sin mucha claridad en los metros donde se cocinan las victorias, el cuadro castellano prefirió conservar el cero y aguantar el pulso para buscar la nota en el último aliento de la flauta. El conjunto blanquivioleta se acorchó por dentro y acortó el vuelo en el despliegue. Más profundo tras los primeros cambios. Monchu despertó, Mesa enseñó galones y el resto se contagió del ímpetu de Weissman y Narváez, que suplieron a Sánchez y León, en modo gris.

Joselu ensancha el déficit antiaéreo del Pucela

El gol del Espanyol sorprende poco. Joselu es su futbolista franquicia, el nueve que todo equipo necesita para sobrevivir, en el caso de los modestos, y para soñar, cuando el ariete se alista en los clubes de la zona noble. El tanto llegó tras un error en la marca de la retaguardia pucelana. Tampoco es nuevo. Esta vez fue Javi Sánchez el que descubrió su espalda en un balón con comba desde el perfil zurdo. Joselu solo tuvo que aplicar su mejor virtud, el remate. Cabezazo y hasta otra. Dos minutos después, Joaquín, que esta vez vivía sin mácula, regaló el segundo a Puado, que falló ante Masip. Nada nuevo.

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El fútbol va de resultados, no de méritos ni sensaciones

La derrota me deja un sabor extraño. ¿Mereció perder el Real Valladolid? Sí, porque racaneó en el primer acto, tiró de atrevimiento tras el descanso y volvió a la tiniebla al paso de un nuevo lunar defensivo. ¿Hizo más méritos el Espanyol para llevarse el triunfo? Sí, porque marcó un gol más. No hay otra historia. El fútbol no va de méritos, sino de resultados. Las sensaciones no fabrican puntos. Veinte minutos de luz y valentía a veces no sirven, como ayer. Hablar de dar la cara y competir, a estas alturas, es una obligación, no una medalla. Al cuadro castellano le falta gol e imaginación. Todavía hay tiempo, pero el guion se repite demasiado.

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