Jose Manuel Santisteban, entrenador de porteros del Real Valladolid, junto a Jose Antonio Caro en pretemporada. Alberto Mingueza

Jose Antonio Caro, indiscutible en la meta de la Ponferradina durante los últimos dos meses y medio

Al portero repescado por el Pucela le costó lograr la titularidad con Jon Pérez Bolo, pero terminó adelantando a sus rivales por el puesto

rober Ugarte

Ponferrada

Domingo, 12 de enero 2020

José Antonio Caro llegó a Ponferrada a dos días del inicio de la Liga Smartbank, a un equipo como la Ponferradina que había blindado su portería con los dos guardametas que alternaron la titularidad la campaña anterior y que eran de plena confianza para el cuerpo técnico que encabeza Jon Pérez Bolo. El onubense no entró en la convocatoria del primer envite ante el Cádiz ni en las tres siguientes, pero a partir de ahí encontró recompensa a su trabajo pasando a ser el suplente de Manu García. Su labor día a día, la capacidad de reflejos que demostró y en especial su buen manejo del juego de pies hicieron que en la novena cita del campeonato le llegase la titularidad.

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El choque contra la UD Las Palmas supuso la primera derrota como local del conjunto berciano y Caro tuvo la mala fortuna de encontrarse con un gran lanzador de golpes francos como Jonathan Viera que convirtió una falta en la que tal vez el arquero pudo hacer más. Tras ese partido, vuelta una vez más al banquillo a esperar en silencio y con el mismo trabajo durante la semana una nueva oportunidad. El metro de la titularidad hizo parada para el guardameta criado en la cantera del Sevilla en la salida de Puente de Vallecas en la decimotercera jornada en la que la Ponferradina visitaba al Rayo. El partido salió tal cual habían soñado Jon Pérez Bolo y el propio Caro: victoria visitante (1-3) aprovechando las debilidades del conjunto madrileño y con intervenciones de mérito de un Caro que en ese choque cogió un tren del que ya no se bajó: era titular en la portería de uno de los equipos revelación de la liga.

El equipo encadenó cuatro jornadas sin perder y en todas ellas Caro tuvo un papel notable, demostrando el motivo de que el Real Valladolid le buscase una cesión en la que, con minutos, su progresión no se estancase. Ante el Albacete en El Toralín y de forma especial en el Estadio de los Juegos Mediterráneos contra el Almería, que cerró el año futbolístico 2019 para la Ponferradina con un triunfo de mérito (2-3), Caro tuvo un papel brillante e intervenciones de esas que llaman la atención de cualquier club, incluido el propietario de los derechos del futbolista.

Caro demostró en Ponferrada ser un portero adaptado al fútbol moderno: valiente en el juego aéreo aunque ello pueda llevarle a algún fallo de medición puntual, con unos reflejos y capacidad de reacción bajo palos que salvan puntos y un control y juego de pies de los que cualquier entrenador valora en esta era del toque y el fútbol combinativo. Deja Ponferrada con 990 minutos de juego en sus guantes, 12 goles encajados en 11 partidos e intervenciones salvadoras para que la Ponferradina se encuentre en la zona tranquila de la tabla con 31 puntos y un vestuario en el que se había ganado el cariño de todos sus compañeros, que ya el pasado viernes mostraban su pesar por una marcha cantada que se confirmó por ambas partes este domingo.

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