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Jordi Masip, durante un entrenamiento con el Real Valladolid. A. P.
Jordi Masip, el portero que brotó en la Finca de Canterac
REAL VALLADOLID

Jordi Masip, el portero que brotó en la Finca de Canterac

El guardameta se puso por primera vez los guantes a los 14 años en un torneo infantil en Valladolid

Arturo Posada

Valladolid

Martes, 19 de septiembre 2017, 17:41

La carrera como portero de Jordi Masip López (Sabadell, 1989) comenzó en la vallisoletana Finca de Canterac en la Semana Santa de 2003. Masip era entonces un futbolista infantil del CE Mercantil, que se desenvolvía en varias posiciones: mediocentro, central, lateral izquierdo, lateral derecho... lo que tocara. Pero aquel fin de semana del 19 y 20 de abril de 2003, el Mercantil llegó al I Trofeo Nemesio Gómez ‘Peque’ que organizaba el Betis vallisoletano sin guardametas. Masip no lo dudó: puestos a ser versátil, ¿por qué no probar con los guantes?

«Me gustaba, siempre me había fijado mucho en los porteros. Aquel día fallaron, vinimos al torneo con el Betis de Valladolid y el Atlético de Madrid, me puse yo... ¡y fui el mejor portero! Paré una tanda de penaltis y ganamos el trofeo. Resultó algo espectacular. Ese fue mi primer torneo como portero, casualmente aquí», rememora el actual guardameta titular del Real Valladolid.

Masip brilla como cancerbero, pero tampoco era un manta como futbolista de campo. Después de empezar a jugar a los seis años en el Mercantil de Sabadell, acudió tres veces a las pruebas para integrar la cantera del Barça. Las superó. «Me dijeron que me quedara, pero no quise. Era muy pequeño. Tenía que irme a La Masia, pero yo prefería quedarme en casa, con mis amigos de siempre del Mercantil».

Jordi Masip es el menor de cuatro hermanos (tres chicos y una chica) y creció en el seno de una familia humilde y trabajadora de Sabadell. Sus padres fueron receptivos a su pasión por el fútbol, pero también le apretaron para que estudiara. «Les hice caso y me saqué lo básico. Ellos siempre me apoyaron. Mi padre está jubilado y mi madre falleció hace tiempo».

El FC Barcelona volvió a cruzarse en su camino y Masip acudió a las pruebas de selección, esta vez como guardameta. «Fui muchos días a entrenar y a final de año me dijeron que entraría en verano para el Cadete A del Barça. Fue una ilusión tremenda. Yo era del Barça de toda la vida y me llegó esta segunda oportunidad. Entonces , ya me mostraba más consciente de lo que quería. Me quedé con ilusión, ganas y encantado de estar allí. Aprendí mucho», relata.

En el coche con Buquets

Jordi Masip pudo sortear la estancia en La Masia y permaneció en su casa familiar de Sabadell, gracias a la cercanía del domicilio. Un taxi del club le llevaba a los entrenamientos en apenas media hora. De vuelta, cogía el tren. Otros días, iba en el coche de la familia Busquets (que residía en Cerdanyola), con su compañero Sergio y Carlos, el padre de este, al volante. En su primer año como canterano azulgrana, Masip coincidió con nombres que también acabarían siendo muy conocidos en el planeta fútbol: los hermanos Giovani y Jonathan Dos Santos, Bojan Krkić, Iago Falqué... «Todos son de mi quinta».

Rodolfo Borrell, «un entrenador mítico en la cantera del Barça», Ricardo Segarra, coordinador de entrenadores de porteros, y Carlos Busquets le marcaron en esta primera etapa de formación culé. En el Juvenil B estuvo también con Sergio Lobera y en el Juvenil A, con Álex García, actualmente en el departamento de ‘scouting’ del FCBarcelona. Luego, llegaron los dos técnicos que definen su etapa profesional: Eusebio Sacristán y, especialmente, Luis Enrique Martínez.

«Con Luis Enrique estuve seis temporadas y debuté en Segunda B, Segunda A y Primera. Estoy encantado de haber trabajado con él. Y también con Eusebio, una excelente persona y un excelente entrenador», declara.

En el verano de 2014, Jordi Masip saltó al primer equipo del Barça como tercer portero, por detrás de Claudio Bravo y Ter Stegen. Un logro increíble, pero también una manera de jugar poco. «Para mí era un sueño», narra Masip. «Quería disfrutar, aprender y trabajar para tener minutos. Pero la competencia resultaba durísima. El Barça es lo que tiene:está abierto a traer a cualquier futbolista del mundo. Yo soy un jugador egoísta y quería participar, pero también era realista y sabía lo que había. Formaba parte del mejor equipo del planeta. Al final, solo jugué cuatro partidos en tres años, pero trabajando mucho me preparé para competir en el futuro».

Compartir vestuario con superestrellas supuso una experiencia enriquecedora para el portero. Masip era uno más y se entablaron relaciones de camaradería que aún perduran. «He tenido mucha amistad con Sergi Roberto, con Busi [Busquets], al que conozco desde hace muchísimo tiempo. Paquito Alcácer, Aleix Vidal, que estaba siempre a mi lado en el vestuario, Ter Stegen, Claudio Bravo cuando estaba, Luis Suárez, Leo [Messi], Gerard Piqué... Podría decir a todos. Son personas excelentes y hay muchas bromas en el vestuario. Me hicieron sentirme superbién allí. Mantenemos el contacto en un grupo de Whatsapp».

En el Real Valladolid, Masip se encuentra igualmente dentro de un vestuario armónico. Míchel Herrero es su vecino(«vivimos uno encima del otro») y también se lleva muy bien con Nacho Martínez («mi compañero de habitación en los desplazamientos»), Borja Fernández, Isaac Becerra («excelente persona y excelente portero, nuestra relación es muy buena»), Jaime Mata, Alberto Guitián, Deivid Rodríguez... «Somos gente joven que queremos ganarnos la vida con el fútbol y llevar a este club a un buen nivel. Estamos aquí con la idea de trabajar y ya veremos hasta dónde llegamos».

Buffon y Víctor Valdés

Jordi Masip tiene dos ídolos en la portería: Gianluigi Buffon y Víctor Valdés. «Tuve la suerte de compartir entrenos y hablar con Víctor. Es el espejo en el que me miré durante toda mi etapa en el Barça, un referente. El año pasado pude intercambiar la camiseta con Buffon y hablar unos segundos con él. Me pareció cercano, humilde y... ¡enorme!».

Su tiempo libre lo pasa con su esposa, Silvia, con la que lleva once años («desde el instituto») y su hijo Álex, de nueve meses. También le gusta mucho la NBA y comenta con el grupo de jugadores del Barça los movimientos de la liga de baloncesto norteamericana. «Golden State ha demostrado que es el mejor equipo, pero a mí me gusta mucho el estilo de San Antonio Spurs, una filosofía de asociación que me recuerda al Barça. Vamos a ver qué pasa este año, con movimientos tan espectaculares como el de Kyrie Irving a Boston, y qué sucede con Cleveland y LeBron, que siempre estará ahí». A Masip le ha faltado tiempo para comprarse el juego NBA 2K18 de la PlayStation (no es el único) y ya circula como un ‘gamer’ más por el barrio virtual donde se desarrolla ‘Mi Carrera’. «Salió a la venta el 15 de septiembre y lo estoy disfrutando mucho», dice.

La incertidumbre política que rodea a Cataluña y el divisivo referéndum fijado para el 1 de octubre también le inquietan. «Lo sigo desde la distancia porque es mi tierra y me afecta. Pero no quiero mezclar fútbol y política. No me gusta la política. Ni me meto ni me dejo de meter ahí. Ya veremos lo que pasa».

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