Jony Montiel, carácter ofensivo en la frontal

La salida de Kike Pérez hacia el barrio de Vallecas de Madrid ha traído consigo el acuerdo por un jugador en plena efervescencia que puede apuntalar una zona clave para las ideas de Paulo Pezzolano. El Real Valladolid, en medio de la incertidumbre sobre Amallah, necesitaba un efectivo que pudiera jugar en zona de tres cuartos y se adaptara al ritmo y a las necesidades de una delantera llena de dudas que sobrevive con Cédric y a un mediocampo a priori apuntalado en lo defensivo pero cojo en creación y finalización. La pieza de Jony Montiel, por ello, encaja como un guante en esa evaluación de la plantilla del Pucela.

Nacido en Madrid hace 24 años y firmado por el Rayo Vallecano en 2015, el jugador se enfrenta a la que es su quinta cesión desde el equipo madrileño. Esta oportunidad le abre las puertas de otro equipo que suspira por el ascenso directo y que puede darle un contexto adecuado para brillar: inclinación por un juego ofensivo, tendencia a ser protagonista y búsqueda de un perfil cercano al mediapunta, posición a priori natural para el futbolista. Y es que, a pesar de ese cambio de camiseta casi continuo desde su llegada al Rayo, Montiel ha ido adaptándose bien a los cambios y a los diferentes escenarios que ha ido encontrándose en su carrera.

Lejos de no convencer sobre la valía de sus habilidades, el gran problema que ha solido encontrarse el madrileño ha sido la regularidad. Las oportunidades que le han dado le han permitido sumar minutos, partidos y estadísticas, pero la nula estabilidad le ha restado capacidad para madurar en un rol que ha sido más cambiante de lo necesario para cuidar esa tendencia positiva. Si bien en Toledo (10 partidos, 566 minutos) no encontró demasiadas oportunidades para mostrarse, las paradas en Fabril (34 partidos, 2.725 minutos) y Oviedo (29 partidos, 592 minutos) parecieron acabar por demostrar que Montiel tenía mucho por cuando la confianza acompañaba.

Con casi 3.000 minutos jugados en el campeonato regular con el Levante en la misma temporada en la que el conjunto granota no consiguió el ascenso en el último escalón, a Montiel se le presupone conocimiento de la categoría y nivel más que suficiente para encarar un objetivo similar con la camiseta blanquivioleta. En esos minutos como jugador del equipo levantino, 43 partidos en Segunda División, siendo 33 como titular. Un buen aprovechamiento de la cesión y una demostración de su valía en un equipo en el que jugó, sobre todo, como interior, pero en el que tuvo que ir lidiando con cambios habituales entre el extremo diestro y la medular.

Jony Montiel se siente cómodo en la zona de tres cuartos. Un superviviente en ese espacio fructífero en el que el fútbol decidió eliminar en los últimos tiempos el rol del mediapunta. Con facilidad para crearse oportunidades desde la pericia, buscando huecos, o desde la lucha, presionando al poseedor del balón rival, Montiel tiende a ser un jugador molesto por su predisposición al esfuerzo defensivo y al aprovechamiento de cada opción ofensiva. Correcto a la hora de asociarse, sin escurrir el bulto en transición defensiva, su punto fuerte es mirar a portería. Su capacidad de disparo desde cualquier perfil suma un recurso inestimable en segunda línea, que, lejos de ser un argumento principal, sí puede ser un dolor de cabeza para las defensas rivales.

Dentro de los planes para el equipo pucelano, Montiel puede significar cambios para los planes de Pezzolano. Quizá no en estructura, pero sí en prioridades. Por esa facilidad para adaptarse a diversos roles, el madrileño puede cuadrar bien en la ecuación que tiene Pezzolano entre el 1-4-2-3-1 o en el 1-4-3-3 que suele verse durante los partidos.

Cumpliendo en ese perfil ofensivo y creativo que hasta ahora parecía cumplir casi con exclusividad Iván Sánchez en zona interior y Raúl Moro en el extremo, Montiel puede ser relevo de ambos e incluso potenciar un cambio de piezas en el esquema inicial para adaptar a los tres a roles afines.

Asumiendo que Montiel puede ganarse el puesto de titular, la sensación con su pieza es que puede desplazar a Raúl Moro a banda izquierda y asentar en el puesto de mediapunta a Iván Sánchez. Conformaría esa opción una línea ofensiva de garantías, con tres puntales interesantes en la confección de la jugada de ataque.

Si bien es cierto que escorado puede no parecer tan efectivo, ser zurdo dominante le puede dar facilidad para buscar el disparo e incluso fomentar que la banda diestra, a priori dominada en profundidad por Luis Pérez, conviva sin problemas con los fuertes en el juego de Montiel. Un efectivo en banda menos profundo, encarador o desbordante que el propio Raúl Moro, pero que puede alimentar mejor el área y generar conexiones necesarias con la medular. Da opciones, de este modo, a ver un Pucela más asimétrico, que pueda encajar positivamente con las diversas opciones de los rivales.

Cedido y con opción de compra, Jony Montiel es, por tanto, un efectivo de buen nivel para acabar por apuntalar una zona ofensiva que, si bien parece necesitar un delantero centro para potenciar las aspiraciones en área rival, aumenta sus prestaciones en cuanto a creación, recursos y posibilidades en construcción de la jugada, con una pieza que ha demostrado poseer un nivel contrastado para sumar enteros desde el primer minuto en el equipo pucelano y, quién sabe, poder ganarse la estabilidad buscada durante tantos años.

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