El asalto a las posiciones de ascenso es, desde este sábado, algo mucho más cercano para el Real Valladolid gracias al cómodo y merecido triunfo obtenido en Lezama. Una victoria a la que pusieron sordina unos veinte minutos iniciales lamentables, gracias a la concatenación de ... errores groseros a cargo de ambos equipos, y de la cual se ancargó Raúl Moro, un día más, de sacarnos justo en el momento más oportuno por necesario.
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Sin embargo sería injusto olvidarnos del trabajo de Anuar Tuhami, al cual, bien merece que se le dedique la atención y reconocimiento del mérito.
Ayer en Bilbao, el canterano tiró a su modo, es decir, con coraje y decisión, de cuanto balón le llegaba, al tiempo que se peleaba con unos contrarios enrabietados por su lucha y empuje.
Yo sé bien que no es esa su demarcación futbolística ideal, tanto como que jamás se quejará de jugar donde le digan y que lo hará con el mejor ánimo, entregando, de paso, todo y más.
Pues bien de esa porfía surgió la inferioridad del Amorebieta y un camino expedito para el triunfo del equipo. O sea, que el canterano giró la llave del esfuerzo para abrir la puerta del triunfo.
En esos primeros cuarenta y cinco minutos, salvo el esfuerzo denodado de Anuar y los destellos de Moro, el Real Valladolid contemporizaba en espera de tiempos mejores, mientras la defensa se mostraba inestable por el lado de Tárrega y el medio campo consumía minutos en espera de que Oliveira se situase bien, es decir por detrás del balón en su salida y Meseguer y Monchu entrasen en el partido.
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Sin juego en medio campo, el equipo pasaba de defensa a ataque sin un juego elaborado y actuando a trompicones con balones largos buscando a un Negredo tan trabajador como desasistido en la punta.
El cambio de Pezzolano dando entrada a Iván por un amonestado y tenso Anuar, vino a coincidir con los minutos decisivos del partido. Esos tres minutos, del 48 al 51, terminaron por decidir el partido, si bien fue Sergio Escudero, el capitán blanquivioleta, quien de sendos remates con cabeza y pie, dejó el marcador sentenciado y al equipo listo para esperar el momento de cerrar el partido.
Dos acciones a pelota parada generadas por Raúl Moro e Iván Sánchez, culminadas por el capitán blanquivioleta, dejaban visto para sentencia el partido al tiempo que colocan al equipo a tiro de piedra de la posición de ascenso directo.
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Tras los tres puntos como logro supremo, tres consideraciones: que el rival resultó peor que su trayectoria última, que los goles vinieron por acciones individuales generadas en banda y que el duo Negredo-Marcos André es perfectamente fiable en la posición del '9'.
Dicho esto, solo cabe esperar que Moro y Amath sigan recuperándose mientras juegan y que Juric, superadas las discrepancias técnicas de un entrenamiento, vuelva a tener el protagonismo que se merece y que tanto necesita el equipo.
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Y que la afición, la dueña moral de este invento, pueda seguir estando tan contenta como futbolistas y gente del club.
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