Sylla y Marcos André calientan sobre el césped de Zorrilla el pasado domingo. Mingueza
Reflexiones de pizarra

De sistemas, victorias y manuales

«El problema de los dos 'nueves' afloró y lo vino a resolver, aunque solo momentáneamente, la aparición de Cédric... como ¡tercer 'nueve'!»

Martes, 10 de octubre 2023, 17:54

Con el dulce sabor aún de la victoria del Pucela frente al Mirandés, merced al emocional -por necesario- gol de Sergio Escudero, voy a exponer algunas cuestiones tácticas que en caso contrario podrían ser tachadas como oportunistas.

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En estas dos últimos triunfos, frente a Eldense ... y Mirandés, hemos vuelto a comprobar como desde la dirección técnica del equipo se realizaban determinados cambios en hombres y líneas que afectaban al rendimiento del equipo. Junto a ello, y como noticia altamente positiva, el descubrimiento de un Mamadou Sylla, que con tres goles en dos partidos y la participación magnífica frente al Mirandés, aumenta de forma exponencial el valor atacante del equipo al tiempo que fomenta rivalidad por la posición.

'Pablo' Pezzolano, probablemente en su deseo de obtener una mejor fragancia del tarro de la esencias blanquivioletas, ha agitado el frasco de la plantilla produciendo un enturbiamiento manifiesto del global, para contemplar en el último momento ¡justo con el tarro en reposo! que la claridad hacía su aparición ya casi sin tiempo para disfrutar del aroma.

Centrándonos en el aspecto defensivo, es significativo que una vez superado el hecho de la defensa de los tres centrales, coyunturalmente utilizada con éxito en los minutos finales de agobio en Elda, fuese de nuevo a ser utilizada en Zorrilla frente al Mirandés.

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Lo apunto por que es muy significativo que con ella nos pusimos en desventaja, por un nefasto posicionamiento de toda la línea, donde los marcajes y perfiles estaban de vacaciones y los contrarios disfrutaban de las facilidades que se les ofrecían, y sin ella volvimos a la senda de lo lógico por rendimientos.

Y más significativo aún resulta ver como un central, Gustavo Henrique, abandona el terreno de juego dando paso a un jugador para el ataque, Iván Sánchez, cuando queremos arreglar el equipo. La respuesta desde el banquillo nos permite reconocer el problema al tiempo que solucionarlo.

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Algo que ya sabíamos en los tiempos no lejanos en los que se iniciaba con cinco atrás y se pasaba a cuatro de inmediato cuando la cosa se ponía fea. ¿Por qué repetirlo de nuevo?... esa era la pregunta que a priori se hacía el aficionado cuando, no entendiendo el posicionamiento inicial, ya conocía de antemano como lo iba a resolver el cuerpo técnico.

Como si de un calco se tratase, el problema de los dos 'nueves' volvía a aflorar con la presencia de Marcos André y Mamadou Sylla ocupando la demarcación y el espacio que la determina. Un problema que paradójicamente lo vino a resolver, aunque solo momentáneamente, la aparición de Cédric... como ¡tercer 'nueve'!

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La presencia de los tres jugadores de color en el ataque tuvo el efecto balsámico de abrir bandas y ensanchar la defensa del Mirandés mientras fijaba a medio equipo en las inmediaciones de su área. Con un jugador más en ataque habíamos neutralizado a más de medio equipo rival.

La salida del campo pocos minutos después de Marcos André tuvo el efecto perverso de permitir reducir la defensa rival y el que el contrario se te echase encima con resultado de gol… porque no se defiende mejor con más jugadores sino haciéndolo bien. Volviendo a Julio Lasa, recordar que un '9' cansado retiene dos contrarios fijos en su área y que si prescindes de él, el contrario se te echa encima.

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Y por terminar con el argumento táctico para entrar en lo psicológico, decir que los futbolistas también acusan los cambios tan repetidos de sistema, máxime si ello acontece dentro de un mismo partido. Es claro que se pierde la atención, se duda y a veces hasta se olvida el concepto.

El domingo el equipo pasó por tres sistemas diferentes a lo largo del partido. Y ello, en medio de una vorágine de impactos emocionales muy altos, por la frecuencia de cambios de jugadores y la fatiga acumulada, que vinieron a desarrollarse en los quince últimos minutos de juego. Barbaridad y frenesí al cincuenta por ciento.

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Las victorias in extremis de los últimos partidos, Oviedo, Elda y Valladolid, van agotando el manual para su obtención. Es tiempo de analizar porqués, recuperar lo conseguido, volver a la normalidad y la calma y, sin perderlo de vista porque alguna hoja está por leer, irlo cerrando hasta mejor ocasión. Las esencias reposadas decantan los aromas sobrantes y afloran los realmente imprescindibles.

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