El sistema del Real Valladolid: 1-5-3-2... y con matices

Y como de números y éxito colectivo se trata, bueno será que analicemos a través de los jugadores que conformaron cada línea el sistema utilizado por Pablo Pezzolano en La Cerámica de Villarreal.

De salida, el técnico uruguayo conformó una línea defensiva compuesta por tres defensas centrales con Joaquín y El Yamiq a los costados de un Martin Hongla definitivo tanto en el movimiento grupal de la misma como en el desarrollo del propio sistema.

Por fuera y como defensas laterales, recuperó a Luis Pérez en la derecha para colocar a Iván Fresneda en la banda izquierda pendiente de Samu Chukwueze. Y a la vista del emparejamiento, y vistas las prestaciones de ambos, me queda la duda de si el 'no acierto' del nigeriano vino determinado por el trabajo del canterano.

Colocó por delante de los tres centrales a los tres volantes, Monchu, Amallah y Kike Pérez a modo de «imagen en espejo», para que el marroquí saltase en acciones atacantes por detrás de ambos puntas, mientras que Hongla saltaba al medio campo.

Arriba Cyle Larin y Gonzalo Plata en espera de recibir balón o bajar a buscarle, en este equipo ya no se para nadie, para articular un contragolpe con las ayudas de los laterales por fuera, el volante del lado del juego y la incorporación permanente y sorpresiva del marroquí.

No me cabe duda alguna de que el sábado tanto Martin Hongla desde la línea defensiva como Selim Amallah desde la de volantes rompieron con su movimiento el entramado marcaje amarillo al tiempo que posibilitaban en ventaja las acciones de volantes y atacantes.

En fútbol, como postulaba Julio Lasa, la incorporación por sorpresa desde atrás genera siempre beneficio por lo difícil que resulta de contrarestar.

Se trata en este caso de dos jugadores de un gran poderío físico al tiempo que dotados de una excelente técnica a la que unen la decidida actitud del profesional de verdad.

La misma actitud que mostró Roque Mesa, con algún enfado puntual cuando alguno se despistó, y que viene a poner de manifiesto la prolongación sobre el terreno de juego de lo ensayado en el entreno y pactado en la pizarra el día de partido.

Es momento de estar tan alegres como cautos, de ilusionados como realistas y sin perder jamás de vista que estos resultados positivos deben de acompañarse en estas jornadas inmediatas para que adquieran el sello de reales y se les caiga la etiqueta de ocasionales.

Hemos visto, con PP y hasta ahora, dos equipos diferentes; el de Zorrilla, y frente al Mallorca, desorientado, nervioso y fallón en el inicio y bravucón y avasallador al final; por contra y en Villarreal, alegre y seguro por el resultado desde el inicio y armado y con personalidad aguantando un final duro.

Sin embargo, en ambos los abrazos se dejaron para el final y las voces, la tensión y el esfuerzo sostenido fueron la nota predominante mientras duró el partido. Y eso me gusta.

El sábado, el Girona será otro y nosotros deberemos jugar en base a nuestras armas y nunca pensando en ser la cara B del contrario. Equipo y afición unidos...¡salimos a ganar!