¡Ya sabemos quiénes y cómo jugamos!

Vaya por delante que en el cómputo general del juego, el Real Valladolid fue superior al CD Leganés y que ello se puso de manifiesto de forma más acentuada aún en la primera mitad del partido.

Para entonces, un Kenedy magnífico galvanizaba al equipo con su movilidad y número de intervenciones, todas ellas de un alto nivel técnico, si bien a ratos abusó de balón en su afán de resolver el partido.

Un Pucela dominador y bien plantado en el campo, con los hombres idóneos según puesto –salvedad hecha de los extremos cambiados de banda natural– dominaba al rival, llegando a los aledaños del área y dejando en la pierna inhábil de Moro y Sánchez la posibilidad final de centrar desde la línea.

Una situación técnica en la cual, y al llegar a la línea fondo con su «pierna menos buena», el balón no alcanza a cumplir el criterio de potencia, altura y dirección deseadas para realizar un remate adecuado y en una posición de ventaja sobre el defensor contrario.

Monchu y Juric en el medio campo, con Kenedy flotando por delante y en distancia/relación con Sylla, daban sentido al juego, llegaban con facilidad a los aledaños del portero rival pero ese remate exitoso final se nos terminaba por negar.

Tengo la sensación de que 'Pablo' Pezzolano comienza a creer firmemente en lo que viene haciendo últimamente a tenor de alineación y sistema.

Buena prueba de ello es ver como a un equipo, el líder por cierto, que juega con tres centrales, se le jugó con las bazas que proporciona un sistema que nos viene funcionando de forma satisfactoria.

Se dejaron de ganar dos puntos por un error de marca y concentración en una pelota parada, pero se ganó en afirmación de un grupo y un sistema que nos puede y debe dar réditos de éxito. Hoy sabemos ¡por fin! quiénes y cómo juegan en este equipo. Y eso es mucho.