A falta de cuatro jornadas, y tras el triunfo en Anduva, el Real Valladolid sigue en posición de ascenso directo. Casi con esta afirmación y dada la altura en la que se mueve la competición, el comentario podría servir como síntesis final a la jornada. ... De no ser, claro, que el partido debamos analizarle para entender el por qué de una victoria que se torna vital de cara a la aspiración final del ascenso.
Publicidad
Y en esa condición de vencedor en los últimos encuentros, con posición de privilegio, no cabe duda que le han infundido al equipo unas maneras de ganador que antes no tenía. Unas maneras que se traslucen, por mor de la moral del que se siente superior, en unas ansias de superar al contrario desde el minuto en el cual el balón se pone en juego.
Algo que este sábado en Miranda significó la victoria final tras unos primeros quince minutos arrolladores que sin solución de continuidad acabaron por dar paso a la otra faceta, la de contemporizar con el tiempo y el ritmo de juego.
Una faceta a la que no pudo venir a sumarse la de la posesión de la pelota en medio campo, para poder ejercer ese dominio que ejecutan los grandes con el balón en el pie. Faltaba, como era lógico, ese volante de manejo, una vez que Monchu se ha afianzado en tareas atacantes, que acompañase a Oliveira o a De la Hoz, pero no a los dos.
Publicidad
Así las cosas, siendo superiores en defensa y ataque, por líneas me refiero, éramos inferiores en el medio a pesar del 'refuerzo' de Sergio Escudero y de la chaqueta que el bueno de Anuar se pegó a lo largo y ancho del partido por la autopista generada en esa banda izquierda.
Y es que yo, ni creo ni entiendo que el canterano, en Anduva el mejor de largo, tenga que suplir las subidas de Monchu y las incorporaciones al medio de Escudero… salvo que tenga estipulada prima triple por el trabajo efectuado..
Publicidad
Ese disbalance que genera tal movimiento, ni se corresponde en eficacia ni genera superioridad alguna, si es que son ambos los objetivos perseguidos; yo entiendo, ya se ha escrito, que colocar un volante adelantado, caso de Monchu como media punta, puede ser equilibrado con un extremo falso que ayude en el movimiento. Sin embargo, que en esa misma banda se produzcan dos movimientos que haya que corregir por el mismo jugador, no es lógico.
El simple ataque por tu banda derecha ya ocasiona que el lateral del lado contrario pase al centro para cerrar zona; por tanto, huelga reiterar la figura cuando el ataque es por tu lado, ya que en ese momento, cuando Escudero se proyecta en ataque por su lado, es Luis Pérez quien debe cerrar zona sobre su central. Es un movimiento sencillo y sabido en la defensa zonal.
Publicidad
Así pues, con un volante de manejo y Escudero más en su zona, con Anuar en ayuda, el balón hubiese sido mucho más nuestro porcentualmente; y ya se sabe que el que tiene la pelota: manda, y el que no: corre y mira.
Tener el balón es jugar, y eso significa poder ganar.
El equipo está con ganas y llega fuerte al momento final. Seamos listos y aprovechemos.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.