

Secciones
Servicios
Destacamos
Entre los nuevos términos acuñados en la jerga futbolística, se ha impuesto uno, el del «plan de partido», que adquiriendo tintes dogmáticos, viene a poner ... de manifiesto lo acordado en la charla técnica previa al encuentro; aquella en la cual el entrenador designa a los que van a jugar y cómo deberán disponerse en el terreno de juego, así como los matices idóneos para llevarlo a cabo.
Denominaciones aparte, me cuesta mucho creer que sea un plan empezar el partido muertos de ánimo, entregados de ideas y coraje durante casi quince minutos a merced absoluta del contrario. Y que todo ello ocurra en tu casa, con tu público y con la necesidad imperiosa de ganar.
Noticia relacionada
Por todo ello, y encontrándonos descendidos desde hace varias jornadas y jugando de gratis en esta categoría, me parecería mucho mas coherente hablar de «plan de juego», es decir, algo que viniese a explicar esa forma de encarar una situación límite en la cual se pudiesen llevar a escena durante los diez primeros minutos la reacción fulgurante de los diez últmos de ayer, con los remates de André y Chuki.
Un plan que tendría por objeto sacarles un ¡uy! de esperanza y cambiar ese ¡ay! de desesperación a los mismos a los que has convocado al estadio en espera del milagro. Un plan que nos ahorrase esperar a las sustituciones para que aquello cambiase, y que nos explicara por qué alguno juega según local o visitante o por qué los que acaban siendo los mejores el día anterior comienzan sentados entre los no escogidos.
No voy a entrar en alineacion ni alineados porque amén de reiterar algo ya conocido, no entra en mis planes equivocar al ajeno con ideas propias.
Por ello respeto, aunque no comparta –y como tal lo he manifestado– las ideas del entrenador; del mismo modo que entiendo que nadie mejor que él conoce la situación real de todos y cada uno de los miembros de la plantilla.
Lo cual no impide juzgar y comparar lo que empieza y el cómo lo hace, con lo que acaba y en qué forma lo realiza.
La señal inequívoca, eso quiero creer, de asomar el futuro inmediato del club es la presencia ayer de Chuki y Arnu aunque sea con escasez de minutos; algo de obligado cumplimiento, que lejos de romper estabilidad de grupo, debería de servir como primer elemento de confección de un equipo jóven y de calidad que de la réplica en Segunda División a una plantilla desguazada de inicio en Primera.
Una plantilla que venga a quitar amargura a la afición y amargor al juego dotándole de calidad y frescura mientras ejerce de revulsivo en una afición que quiere ver nuevas cosas que merezcan la pena.
En esta «empresa» que juega en suelo municipal, lleva el nombre de la ciudad y porta un escudo casi centenario, la gente que abona con su dinero parte del presupuesto, quiere saber quiénes están y quiénes se van a marchar; quiénes regirán el Club y quiénes la parcela técnica y deportiva, así como qué política –si no es alto secreto– se seguirá de cara al futuro inmediato.
Diez jornadas aún para definir con hechos el plan estratégico de un equipo que busca un ascenso y mantener la masa social. El resto, sobra.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.