Fresneda se abraza con Sergio León, con Escudero a su espalda. Rodrigo Jiménez
El análisis

De la necesaria victoria que nunca llegó a ocurrir

«Pensar que 'debíamos haberlo hecho' tampoco ya tiene valor. Desde hoy mismo se abre tiempo de acción inmediata porque la reflexión y el análisis se dan ya por hechos desde hace tiempo»

Lunes, 5 de junio 2023, 00:14

Lamentablemente todo lo que no debía ocurrir vino a suceder, y aquello que era imprescindible que pasase nunca llegó a ocurrir.

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Esas cábalas mezquinas, que tanto gustan a las mentes tendentes a elucubrar, terminaron por difuminar la auténtica realidad, la que decía que lo único ... válido e importante era ganar.

Pensar en los otros cinco equipos, que por cierto tenían más puntuación que el nuestro, era un brindis al sol. Si la victoria nos aseguraba el éxito... ¿para qué pensar en aquello en lo que no podemos influir?

En algo en lo que sí debíamos haber pensado era en las consecuencias de otras tantas derrotas y empates que se pudieron haber evitado en tiempos en los que la frase común era «aún queda mucho»...

Pensar que pensar 'debíamos haberlo hecho' tampoco ya tiene valor. Desde hoy mismo se abre tiempo de acción inmediata porque la reflexión y el análisis se dan ya por hechos desde hace tiempo.

Ayer noche un Getafe tan ordenado y bien colocado como vulgar y ramplón en su juego, hizo lo que debía, jugando siempre a lo que necesitaba.

En un colectivo tan amplio como lo es un club de Primera División, todos en mayor o menor medida son responsables de lo que ocurre; para lo bueno y lo malo.

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Cumple pues que Ronaldo, al frente del timón del club, exija una gestión seria y eficaz de la secretaría técnica en aras de confeccionar un equipo serio, firme y competitivo en modo ganador que ilusione a la parroquia con hechos tangibles.

A estas alturas ya sabemos, lo intuimos al menos, quienes tienen etiqueta de excedentes y quienes de imprescindibles. Y unido a todo ello ese crédito improrrogable y millonario que nos concede la liga y que no se puede desaprovechar.

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Perder a los buenos, dejar marchar sin pelearlo a los jóvenes con proyección y mimar a la hinchada –que sigue siendo de Primera División– son acciones ineludibles que, o se realizan de forma clara y pronta o se engaña de manera miserable.

En los muchos años que llevo en el fútbol he comprobado que recurrir a los demás y olvidarse de lo tuyo es recorrer, saludando a la cábala ¡eso sí! el camino hacia el patíbulo.

El llanto por el fracaso no me interesa. ¡Decidir... y a la pelea!

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