Sin mecanismo de juego en el Real Valladolid

Decía Julio Lasa que un equipo que no posee mecanismo de juego desde el inicio del mismo, ni se sabe a lo que juega, ni es equipo. Y por ahí se mueve nuestro Real Valladolid en estos momentos.

¿Qué por qué?, pues sencillamente porque hemos omitido en la alineación a aquellos futbolistas cuya principal virtud es la visión de juego, el regate para eliminar adversarios en la comprometida zona del medio campo al tiempo que nos hemos olvidado de esa posición ambivalente y sutil, como es la del cabecero, que atiende a requerimientos defensivos entre centrales y administración inicial del juego en su salida.

Y lo hemos hecho prescindiendo de los dos únicos jugadores que tienen una jerarquía contrastada, caso de Kike Pérez e Iván Sánchez, para tener la pelota, administrar la pausa, hacer una buena entrega, regatear o tocar para eliminar adversario y darle rapidez al juego; en definitiva lo imprescindible para crear mecanismo en el momento del inicio.

En los equipos de fuste, como lo es el Villarreal a día de hoy, el '8', jugador vértice de inicio, lo acapara Parejo para dar comienzo a las maniobras que fabriquen el juego. Dos toques para los demás y a su criterio las que necesite sirven para que la pelota rebase el circulo central y se inicie con éxito la maniobra atacante final.

En nuestro equipo ni Martín ni Cömert cumplen esa función porque no pueden. El suizo es un central y el madrileño un volante defensivo. Y por mucho que el cuerpo técnico se empeñe no les vamos a sacar de ahí.

La sangrante defenestración de Stanko Juric ha dejado sin apoyo a los centrales al tiempo que ha matado la salida en corto del balón. Si nos fijamos un poco nos daremos cuenta como el balón jamás pasa por Cömert en el inicio, porque ni la pide ni le buscan para que lo haga.

En el caso de Martín su desconocimiento del puesto como volante organizador, le obliga a pararse o girar peligrosamente con la pelota arriesgando sin progreso alguno o perdiéndola en lugar muy comprometido.

Todo ello redunda en la eficacia de un Selim Amallah, auténtico líder de esa zona de creación y la real y única opción de generar esperanza final en el movimiento de ataque… si se ha hecho bien antes el trabajo. Algo que en este Villarreal realiza Baena con notable éxito. Es claro y aquí lo hemos repetido, que esta plantilla es un fiasco en su confección estructural. No es de recibo que haya el mismo número de hombres para el '9' que para las dos demarcaciones de lateral; un ejemplo entre los múltiples que se podrían citar para explicar como confeccionar una plantilla por castigo.

Sin embargo, no es menos cierto que el entrenador, como máximo responsable de esa plantilla, no está sacando de ella todo aquello que pudiera. Los cambios de criterio en el sistema y las filias y fobias sobre determinados jugadores han castrado las posibilidades de rendimiento de la misma.

Que hay volantes para crear es tan obvio como el convencerles para que lo hagan. Y si ahora Juric ya no nos vale, habrá que preguntarle al míster cuando se equivocó, si cuando jugaba de continuo, y funcionaba el equipo, o ahora que no cuenta con él y no marcha la cosa. O resolvemos con inteligencia el problema de ambas posiciones o estamos muertos. Tal cual.