Mario Jorge Lobo Zagallo

De aquel dorsal '7', que como extremo izquierdo ganó el Mundial de Suecia o del '21' que, en la misma posición, lució en Chile para obtener su segundo título consecutivo hay que destacar tres cosas:

– 1. Que siendo zurdo, jugaba en la banda izquierda.

– 2. Que siendo extremo: regateaba, centraba y goleaba gracias a una magnífica técnica individual –en ese equipo solo los exquisitos hacían carrera– que aprovechaba en su totalidad.

– 3. Que en esa demarcación alumbró la figura del 'extremo tirado atrás', algo que vino a resultar definitivo por lo que de evolución táctica supuso.

Entre los años 1958 y 1970, gana dos mundiales consecutivos, 58 y 62, haciendo funciones de extremo izquierdo con Nilton Santos su compañero de Botafogo como lateral zurdo de recorrido por detrás de él.

Vicente Feola, cariñosamente apodado 'el gordo' por su gran volumen y a la sazón seleccionador brasileño en 1958, en su afán de proteger un centro del campo integrado por Zito y Didi, y dada la posición adelantada de un Pelé niño mas proclive a posiciones atacantes, entiende que Zagallo es el jugador ideal para actuar como tercer volante.

Al parecer Djalma y Nilton Santos, los dos veteranos laterales, junto a Didí entre algún otro habrían exigido al técnico que metiese en el equipo como titulares a Garrincha y a Pelé.

Entendían que eran los jugadores, frescos por su juventud y capacidad de desequilibrio, que terminarían por hacer un Brasil ganador. Y acertaron.

Vicente Feola descargó, siempre según cuentan, la responsabilidad en los veteranos, pero arregló el sistema. Ya no sería un 4-2-4 rígido sino más bien una forma más elástica de entender el fútbol, dando protagonismo a aquellos dos chicos que finalmente resultaron ser definitivos.

Si Pelé actuaba como un segundo delantero por el medio, siempre por detrás de Vavá, en busca de las asistencias de Didí y el trabajo de Zito, alguien tendría que encargarse de ese flanco izquierdo, máxime si como en el caso de 'Mané' Garrincha 'jugaba a lo suyo' de bailar driblando contrarios y llegando a línea de fondo para centrar. ¡Problema!

Debió de pensarlo y consultarlo mucho, pero lo cierto es que escogió a Zagallo para tal menester. Si a Mario Lobo Zagallo se le conocía en el ámbito carioca y dentro de la hinchada del Botafogo como 'formiguinha' (hormiguita) algo tendría que ver con su trabajo sacrificado y su constancia, amén de su tremenda clase, en el terreno de juego en pos de su equipo.

De esa forma liberaba a un Pelé en busca del gol y a un Garrincha desbordante de las tareas más defensivas, mientras emparejaba a Zito y Didí con Zagallo en la altura retrasada del volante. ¡Resuelto!

Algo que el siguiente seleccionador, Aymoré Moreira, adoptó como propio para repetir éxito en Chile, a pesar de que Pelé causó baja por lesión tras haber jugado y marcado en el primer partido.

Amarildo, otro joven jugador de Botafogo, tomaba su relevo y nos metía dos goles en el Estadio Sausalito de Viña del Mar, mandando a la selección española a casa en aquel Mundial.

Ya como seleccionador en el Mundial del 70 en México, con 'el equipo de los cinco dieces', posiblemente el mejor juego de selección nunca visto, repitió la faena del 58 pero esta vez sin imposiciones de los veteranos.

La apuesta por Rivelinho para actuar de '11' tirado atrás como alter ego de su posición, el juntar a Gerson con Clodoaldo, liberar de nuevo a Pelé y dejar en botas de Tostao y Jairzinho el ataque y los goles, fueron un calco de lo visto doce y ocho años antes. El tetracampeón con su queridísima 'amarelinha', como llamaba a la selección, había hecho ya historia.