Manual de resistencia para obtener un triunfo (II)

Y como alineaciones y protagonistas suelen ir indefectiblemente de la mano, comencemos por dejar sentado que la alineación en cualquier deporte condiciona todo lo inmediato en lo que al juego se refiere.

Y es que una alineación no son solo los nombres y posiciones que la configuran, sino más bién el título de una plantilla, con su dibujo táctico incluido, que completan los diferentes hombres escogidos por el entrenador a tal efecto.

Es decir, una declaración de intenciones suscrita por el entrenador, y que de antemano interpreta el aficionado para que sean el tiempo y el resultado quienes terminen por dictar sentencia. La alineación –y por tanto su crítica– jamás constituyen un capricho, razón por la cual la censura razonada de la misma forman parte del quehacer de quien lo analiza.

Ahora bien, la credibilidad la otorga el argumento, siempre y cuando este sea razonado y entendible. Y se hace mucho más veraz si viene acompañado de propuestas igualmente argumentadas.

El ejemplo más claro, ayer cristalino, lo constituían la defensa con tres centrales y la posición del '9' doblemente ocupada por Sylla y Marcos André..

Si Juric, de nuevo, se constituía junto a Monchu en la dupla más fiable del equipo y con ambos se encontraba salida de balón, capacidad defensiva por el centro de la defensa y continuidad en el juego, es obvio que alterar el sistema con la pérdida de un atacante por fuera es erróneo claramente; algo que vino a probarse con la sustitución de Henrique por Iván Sánchez y Montiel por Kenedy.

Trece minutos, tras el gol de los burgaleses, para rehacer dos líneas y pasar a tres delanteros y dos centrales.

Algo que vino a poner de manifiesto que Sylla en un costado es mejor solución que pegado a Marcos André en el corazón del área y que Montiel, voluntad solo de momento, no mejora al peor Kenedy sollozante.

La otra variante táctica, la de los tres 'nueves' como ataque por acumulación durante unos pocos minutos y justo hasta obtener el 2-1 de Sylla, nos permitía un doble volante con Monchu e Iván Sánchez junto a Montiel en la media punta.

Ello nos concedía el balón, y por tanto la superioridad como arma de defensa y ataque; del mismo modo que la salida de André por el 'miedo a ganar' le abrió la compuerta atacante a un Mirandés dispuesto y obligado a ir ya a por todo.

En el fútbol, lo conseguido por un sistema se borra de inmediato cuando cambias a otro, y ayer se puso de manifiesto El 'suspiro de zurda' de Escudero nos regaló el éxtasis.

Sergio, el de Canterac.