Kenedy intenta que no salga un balón por la línea de fondo, sin éxito. LOF
El análisis

Manual de resistencia para obtener un triunfo

«Cuando hubo que atarse los machos, comparecieron Escudero y Kenedy... Marcos André no pudo»

Miércoles, 4 de octubre 2023, 22:38

Los tres puntos obtenidos esta noche en Elda, como consecuencia de la cuarta victoria consecutiva del equipo, no van a pasar a la historia de los hitos blanquivioletas, pero sí formarán parte del capítulo de lo necesario, dentro del manual de resistencia para la ... consecución de un triunfo difícil.

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Siempre es complicado, aunque venga a parecer lo contrario, ganar a un equipo teórica y prácticamente inferior, por muy descolgado en la tabla que se encuentre y por más que en el terreno de juego se empeñe en seguirlo corroborando.

Así pues y llegados a esa tesitura, no hay otra opción que: o rematar al contrario y por ende, llevarte el partido, o bien exponerte a que te volteen cuando menos lo esperas. Es tan de manual como sabido y comprobado de forma dolorosa, máxime si lo has vivido... y sufrido en tus carnes muchas veces.

Lo del partido en Elda fue un calco de lo dicho con final feliz, aunque bien pudo haberse volteado si el árbitro, VAR mediante, no anula el tanto de Juanto Ortuño por mano final.

Pero no debemos olvidarnos de la primera parte de todo este asunto cuando un Real Valladolid más reconocible, aunque algo cambiado, jugaba en plan mandón.

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Le bastaba la jerarquía posicional y efectiva de Stanko Juric para que el equipo se moviera cerca del área contraria y entre Iván Sánchez y algún escarceo de Moro pusieran en aprietos a los azulgranas.

Esa misma jerarquía que unos metros más atrás mostraba Enzo Boyomo para regocijo de los que buscamos un central bueno y con proyección, tras disipar las dudas iniciales.

Así las cosas mientras se consumía el tiempo, se consumaba el dicho... «o matas, o te matan»; y así a lo tonto fuimos olvidándonos de que el contrario no se olvidaría de intentar revertir el resultado mientras existiese tal posibilidad.

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Es obvio que el equipo va entendiendo y aceptando como bueno el dibujo propuesto por Pezzolano. Ha bastado que Juric consolidase su posición, al tiempo que el tercer central su desaparición, para que el equipo haya cambiado la cara.

Ha comenzado a fluir la posesión de la pelota, ha hecho su aparición el pase y el toque para que la combinación entre hombres y líneas se empiece a ver de forma clara; mientras, surge el movimiento grupal para valorar que hay equipo.

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Sin embargo, las rotaciones que parecen obligadas en este fútbol de hoy -al menos para determinados jugadores- nos impiden la continuidad tan deseada en muchos de ellos.

Eché de menos, ignoro el motivo y por ello no lo valoro, la presencia de Marcos André. Su aparición en ataque es tan determinante, que me resulta definitiva para el éxito final como se plasmó en Oviedo.

Sylla se descubrió como goleador y me congratula, pero cuando había que atarse los machos, Kenedy y Escudero comparecieron... y Marcos André no lo pudo hacer. ¡Lástima!

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