El mecanismo de juego en un equipo de fútbol se empieza y termina sustentando en la línea intermedia.
Si el equipo en el inicio del juego tiene a sus centrales pisando borde de área, es necesario que el mediocentro se acerque, o que incluso se posicione entre ellos, de tal modo que desde ahí pueda jugar en corto, apoyado por los otros dos volantes, evitando así el riesgo de perder la pelota. Algo que Julio Lasa verbalizaba en su famoso «Iniciales al pie y cambiando de terrenos» para darse a entender.
Imagínense, porque lo han contemplado habitualmente, a Juric colocado entre ambos centrales y con la pelota en el pie, buscando el apoyo en la derecha de un Monchu cercano a su posición para que diese continuidad al balón en busca de posiciones mas avanzadas.
Recuerden como el tercer escalón de esa línea, es decir, el volante más adelantado, debe acercarse al juego para equilibrar por su lado la posición del volante derecho. Algo que le demandábamos a Kenedy cuando como 10 se quedaba pegado al delantero centro y no bajaba en la ayuda. De acuerdo, ¿no?
Ahora, echen ligeramente la vista atrás justo hasta el partido frente al Albacete y encontrarán a los tres volantes casi en línea, quietos y alejados, demasiado en mi opinión, de Boyomo y David Torres.
Conclusión: si reciben la pelota lo hacen de espaldas por estar marcados y sin posibilidad alguna de progresión en el juego. Algo que viene a obligar a que los centrales jueguen en largo perdiendo la continuidad lógica del juego. Y como ya se sabe que si los medios ayunan de balón, el equipo adelgaza de juego, ahí encontrarán el principal, que no el único, de los males del pasado partido.
Todo esto, que parece como excesivamente teórico, y más efectista que efectivo, es la base fundamental en la que se sustenta este juego.
Si los 'equipos top', como se llama ahora a los equipos de primer nivel mundial, se basan en los De Bruyne y Rodri en el City o Kroos, Valverde etc.... en el Madrid, por poner ejemplos conocidos y señalados, para organizar el inicio y la canalización del juego desde las posiciones relatadas, no entiendo como eso no lo exigimos en nuestro equipo como hasta hace bien poco ocurría. Un tiempo no lejano en el cual esto pasaba, y al que se ha puesto fin con unas rotaciones que han dejado fuera a los importantes en el momento más inoportuno, para deshacer lo poco que realmente teníamos conseguido, y que ha dado al traste con una línea ascendente, que no excepcional, de juego y resultados.
En mi ignorancia sobre cargas de trabajo y fatigas, descansos y comparecencias, dietéticas y nutriciones de nuestros futbolistas, quizás esté la clave, que yo desconozco, insisto, para justificar estos vaivenes de nombres propios cada domingo.
De lo que no me apeo, ni me van a apear hasta que presencie lo contrario, es de que el equipo se coloca mal, no juegan de inicio los mejores, algunos están mal posicionados perdiendo sus cualidades y tapando la opción a otros mejores en el puesto, y de que lamentablemente se ha perdido el ritmo de juego y de competición. ¡Deseando rectificar, créanme!
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