César Tárrega, en el choque de ayer. J. C. CASTILLO
El análisis

Cuando ganar se nos hace bola

Bastó el primer cuarto de hora para darnos cuenta casi todos que sobraba el cabecero y faltaba un media punta

Sábado, 13 de abril 2024, 23:31

De aburrido a nervioso, pasando por ilusionado, para terminar absolutamente decepcionado porlo visto tras escuchar el pitido final y cerciorarse del triunfo.

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Cronologicamente, esos fueron los estados de ánimo del seguidor fiel que comenzó comprobando cómo el equipo salía agostado por el calor ambiental; algo ... que se tornó en nerviosismo latente comprobando como un Eldense, flojo e inocente hasta dedir basta, se subía a las barbas –marcando un tanto anulado a instancias del VAR– y nos colocaba en un brete por momentos.

Algo que que vino a acrecentarse cuando entre los minutos 69 y 71 y en dos acciones francas falladas de forma clamorosa, los levantinos nos vinieron a regalar el partido claramente.

Sólo los destellos de Moro desde que compareció en el terreno de juego, sustituyendo a un Biuk lesionado, eran capaces de generar algo de ilusión.

Un paso anímico que se tornó en alegría cuando ¡por fín! Monchu acertó con un cabezazo al culminar un buen centro de Luis Pérez al que asiste Iván.

Se abría un periodo para rematar el partido, al tiempo que, y con un punto de vista opuesto, el cuerpo técnico declaraba el estado de miedo habitual en estos casos para desesperación de todos... menos del rival.

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Volvimos a sentar a un Negredo presto a comparecer y le dimos chance a un olvidado Juric para que, junto a Boyomo, reforzase las defensa evitando de paso la recaída, en los seis minutos restantes, de un Javi Sánchez totalmente recuperado.

A los quince minutos de partido ya nos habíamos dado cuenta –todos menos el banquillo– de que al equipo le sobraba el cabecero y le faltaba un tercer medio de ataque.

Algo que resultaba fácil de resolver adelantando a Lucas Oliveira a volante izquierdo en el momento de salida de la pelota mientras se acercaba a Meseguer al centro delantero.

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Si el jugador viene experimentando una notable progresión, siendo evidente su relación con el gol a través del remate y la llegada, no parece lógico retrasarle a volante de inicio en el momento de comenzar el juego, sino más bien todo lo contrario.

Esos 20 minutos de la segunda parte concedidos a un sistema fallido en posición y alineamiento debieron ser evitados.

Del mismo modo que Kenedy e Iván vinieron a ocupar posiciones tan ilógicas por no acordes a sus condiciones como utilizadas en base a un convencimiento técnico tan pétreo como falto de explicación.

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No sé si resultará imposible «convencer» a Moro para que juegue en la derecha y a Iván para que lleve –junto a Monchu y en la medular– la manija del equipo; pero no debe de resultar mas dificil que convencer a Kenedy para que se constituya en perseguidor de centrales en minutos de basura creativa y angustia clara. Creo que quien realmente no esta convencido es el propio cuerpo técnico, e ignoro si el único argumento es que a los chicos les disgusta.

Cobrar, jugar y ganar suelen ser sus prioridades, me consta, y además resultan lógicas.

Sin embargo, ganar como ayer se me hace bola.

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