Equipo sí, plantilla no

Al poco de iniciarse el partido ya nos dimos cuenta de que aquello era una pelea desigual, cuyas consecuencias de cara al resultado pintaban muy mal.

Se adivinaba una superioridad clara de los gallegos, con oficio y conocimiento suficiente del juego y la categoria, jugando a placer frente a un filial.

Y mirando la hoja de la convocatoria encontraba sentados en la banqueta a Sylla, Sánchez y Kenedy, entre otros, mientras observaba que los ferrolanos repetían alineación completa del último partido. Algo no iba.

Lo he comentado en muchas ocasiones y lo de ayer me reafirma aún más si cabe, que los titulares deben comparecer de inicio en el terreno de juego.

Es obvio que si no van a poder realizar el esfuerzo completo, que esté claro que cuando llegue su sustitución, dejen al equipo en una situación diferente a la que ayer aconteció.

Es más fácil mantener que remontar, tanto el juego como el resultado, al tiempo que el jugador lo deja todo mientras ve un marcador favorable y unas vacaciones próximas.

Ayer el equipo se deshacía como un azucarillo, al que solo Masip puso coto, durante toda la primera mitad. Ninguna de las dos facetas, ofensiva y defensiva, eran nuestras y el medio campo era voz que clamaba juego y pausa en el desierto.

Lamentablemente Moro no entraba ni en juego ni en área contraria y el peligro se diluía casi sin haberse iniciado.

De la inoperancia arriba y la necesidad del engarce de los volantes con el ataque, da idea el que Pezzolano sustituyese a todo el bloque. No hay pues mucho más que añadir. Condenados de antemano para luego terminar muriendo en la orilla, tras haber remado durante los últimos treinta minutos, fué una pena haber desperdiciado tanto tiempo.

Solo si ello sirve para tomar conciencia de que hay equipo pero no plantilla seremos capaces de poner remedio. Con hacerlo como el pasado invierno, bastará. Es tiempo de Catoira.