El empate fue cosa de los porteros

De esta forma las tareas atacantes quedaban en poder del propio André y de un Kenedy trabajador y presente en las primeras acciones de remate. Presentado el equipo con este perfil, surge de inmediato el inconveniente de este dibujo que no es otro que el perder un futbolista cuando traspasas la línea divisoria.

Y es que como ninguno de los centrales se incorpora al ataque mientras que el cabecero no suele abandonar su posición cerca de los mismos, pues el conflicto posicional está servido: el que nos sobra en defensa,nos falta en ataque.

Es antigua y muy utilizada la figura de ese medio centro que se mete entre centrales en el momento defensivo y parte por detrás de los volantes en momento de ataque; ahí reside todo y ya Busquets entonces y Rodri ahora lo ponen de manifiesto de forma clara.

A día de hoy el Real Valladolid tiene en Juric y en Da la Hoz el '5' idóneo para ocupar ese puesto sin tener que recurrir al tercer central y por tanto sin perder a ese jugador tan necesario en ataque que ayer de salida nos faltaba.

Coincido con el entrenador en alabar el trabajo – ¡y la calidad ojo!– de Kenedy como complemento de Marcos André. Pero como los buenos tienden a jugar y a asociarse, ayer se vió claramente como tanto Iván Sánchez como Monchu buscaba a ambos jugadores adelantados para dar sentido al juego de ataque. Si en los 34 primeros minutos, es decir hasta que marcamos, el Elche nos dominaba claramente, el problema era ese y no otro.

El gol de Henrique –Badía mediante– y poco más, fueron el bagaje técnico de una primera parte donde las desnudeces defensivas eran inversamente proporcionales al contingente humano empleado.

La expulsión de Gaspar y el gol ilicitano –John mediante– provocaron la respuesta de Pezzolano en hombres y en formas. Se marchó David Torres, que lo había francamente bien, y entró Montiel, que acabó haciéndolo fatal por un calentón absurdo cuando mas calma se necesitaba.

Me pareció tan tardía la búsqueda de un extremo como innecesaria la presencia de dos nueves en la misma zona.

La densidad tanto en ataque como en defensa genera confusión en los cometidos al tiempo que provoca desajustes posicionales muy peligrosos.

Me pareció muy arriesgado prescindir de Kenedy para dejar en poder de Cédric y Sylla el bagaje atacante del equipo en el momento trascendental del juego. Junto a Iván y Monchu, su experiencia se me antojaba decisiva.

El sistema cada día está más claro y el equipo tipo, más aún.