El doble sentido de la posición del '10' en el Real Valladolid

Y dentro de lo visto en el estadio almeriense, con respecto a lo que el Real Valladolid presentó en su alineación, me quedo con la posición de Óscar Plano como objeto del comentario técnico.

Si tantas veces he hecho mención de la posición del tercer volante, el '10' para que nos entendamos, en el sistema de las tres líneas de un equipo, lo desarrollado por el jugador madrileño es el paradigma de esa posición, y la importancia que alcanza su ubicación en el terreno de juego de cara al desarrollo del sistema.

Comenzó el Real Valladolid jugando con una línea defensiva de cuatro, en la cual la presencia de Martín Hongla, un día más, vino a reforzar el trabajo de un Javi Sánchez muy efectivo, destacado incluso, en su cometido como central. Sobre ese dibujo 'Pablo' Pezzolano situó otra segunda línea de cuatro con Aguado y Mesa por dentro y Plata junto a Darwin Machís en ambas bandas. Ello significaba que se ambicionaba entrar por fuera al tiempo que se preparaba la llegada a posiciones de remate de Cyle Larin y Óscar Plano.

Para ello, el madrileño se adelantaba a la posición de volante para así acercarse al delantero centro. Hablaríamos pues de posición adelantada de un volante sin el concurso defensivo de un tercer jugador en caso de pérdida de pelota. Algo que en Sudamérica lo solventaban, hace muchos años, con la presencia un extremo retrasado, «el ventilador» como se le conocía, por la estabilidad y oxígeno que aporta al juego defensivo.

El hecho de que Machís no esté para esas goyerías, ni además sea su función primordial, sino mas bien la opuesta a su juego natural, dejaban expuestos a Mesa y Aguado al peligro de sujetar los contragolpes de un rapidísimo Almería, que terminaba por correrlos y ganarlos con pasmosa facilidad. Algo a lo que puso coto en última estancia Jordi Masip en dos ocasiones y el palo en otra.

Cuando en el minuto 57 aparece en cancha Monchu, la cosa torna a diferente. Algo tan sencillo como colocar un volante a cada lado del cabecero, Roque Mesa en este caso, terminó por estabilizar la situación. La pelea era mas igualitaria y Plano venía a desempeñar esa función de extremo ante la ausencia de Machís en busca de la ducha.

Captó de forma inteligente 'PP' la situación y, viendo como se les extinguía la llama del resuello a Aguado y Mesa, optó por adelantar a Hongla al cabecero, con Monchu y Plano a sus costados, mientras Plata y Kenedy ocupaban las bandas para que Larin quedase como Robinson Crusoe… o sea, él solito en la punta de ataque.

Ocho minutos en soledad hasta que Kike Pérez acabó ocupando ese diez de ayuda a Larin, mientras Kenedy, en mejor disposición física cada día, «ventilaba» en ayuda de Olaza y los volantes.

Ese cambio posicional de un '10' descolgado en la primera mitad, acercándose al delantero centro en detrimento de la medular y sin ayuda en el extremo, a otro '10' ayudado por fuera, para equilibrar posiciones en el medio campo, terminó por convertir un equipo blando y fácilmente rebasable en otro bien plantado que acabó el partido en campo almeriense, y hasta pudo ganar.