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Cuando se comienza acertando con el once inicial, siempre con algún matiz discutible, y se respeta la idoneidad del jugador elegido con el puesto que va a ocupar, la respuesta es inmediata y surte efectos positivos.
Ayer, para fortuna del equipo y tranquilidad del cuerpo ... técnico, lo propuesto vino a resultar positivo por lógica.
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Por ello, durante toda la primera mitad y, aún con tres momentos de duda defensiva solventados por Masip, el equipo fué claro dominador de la situación, marcó el gol y aún tuvo ocasiones para haber aumentado la cuenta.
Se jugaba por las bandas con extremos de verdad y estos, mucho más Amath que Biuk, profundizaban de forma permanente desarbolando la defensa del Sporting fácilmente.
Al viejo aforismo de que en el fútbol se penetra por fuera y se remata por dentro le ponían música el rubio y el moreno, mientras Lucas Rosa –un jabato ayer– y Luis Pérez ayudaban a la progresión del juego.
En ese «arreglo lineal», propuesto muy acertadamente por 'Pablo' Pezzolano, aparecían Monchu y Juric juntos, próximos al inicio y dando sentido y orientación al juego de equipo.
Dos líneas de cuatro más Meseguer, menos participativo que el resto, y Sylla en ataque se bastaban para anular el juego astur a base de trabajo, disputa y marca, al tiempo que generaban un peligro evidente de cara al marco sportinguista.
Le faltó al Real Valladolid haber sabido aguantar ese primer cuarto de hora, que suele ser patrimonio del equipo local, para haber redondeado el partido. Dos acciones aisladas y una pelota mal defendida concedieron el empate al Sporting y obligaron a redoblar esfuerzos en pos del triunfo.
Ahí sí compareció de verdad el equipo; y con él, su técnico.
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Ignoro si convencido o no de que los extremos tienen que ser jugadores de banda, y no volantes reconvertidos, matuvo y alimentó el juego de los dos nuevos futbolistas, y estos terminaron por devolverle la confianza.
Si en la primera mitad Amath se había llevado el protagonismo y el gol, ahora le tocaba al croata Biuk, y el chaval respondió de manera efectiva.
Al trabajo desplegado por Juric se sumó De la Hoz para liberar a Monchu y sumar esfuerzos en esa parcela vital.
Como se trataba de defender con orden y contratacar, la entrada del volante defensivo por Meseguer le añadió movimientos y disputa a esa parcela y ahí nos comimos al Sporting.
La entrada de Kenedy, como extremo tirado atrás, y Negredo, como centro delantero sustituyendo a un Biuk muy acertado y a un Sylla tan cansado y trabajador como poco acertado en el momento final, dan para ser optimistas de cara a un futuro inmediato... Si es que se respeta lo realizado ayer.
El juego te suele devolver con éxito la propuesta lógica que tú le haces, y, de la misma forma, te niega el mismo cuando le cambias las reglas.
Repasando nombres y puestos, ha quedado una muy buena plantilla para acometer el tramo de competición que resta con ánimo de éxito. ¡No tocar!
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