Cuarenta minutos de corazón

Fueron cuarenta minutos de fútbol de corazón, donde se puso de manifiesto que un lateral zurdo en su sitio -Sergio Escudero en este caso- rinde bastante mas que un diestro en la zona opuesta.

Se comprobó, de nuevo, que Iván Sánchez goza de un valor futbolístico reconocido que no le alcanza aún para ser titular de este equipo.

Algo que se habría evitado de haber sido ambos de la partida, al igual que Iván Fresneda ocupando el lateral diestro.

A 'Pablo' Pezzolano, al que le alabo el valor de adelantar al equipo en ese segundo tiempo para intentar ganar el partido, le censuro en igual medida que ese movimiento le venga a realizar desprotegiendo a ambos centrales, con la salida de Hongla al medio campo.

Si arriesgo que no sea a costa de aquello que protejo, porque entonces me ocurre lo mismo que con los laterales, que el acierto de la entrada de Escudero viene a coincidir con el error de no haberle sacado de inicio.

De esta forma, y por enésima vez, el equipo concedía la parcela central de su defensa para que el Atlético la convirtiese en propia y propiciara dos zarpazos que acabaron en gol.

Ayer la mala fortuna, es justo reconocerla, se cebó en un Joaquín Fernández mucho más entonado desde que juega adosado a Martin Hongla.

Si el cuarto gol atlético acabó en un autogol suyo de verdadera mala fortuna, mayor aún fue la de caer lesionado en la jugada del quinto tanto madrileño.

Un quinto tanto donde quedó en evidencia la absurda forma de defender a Depay, con Joaquín lesionado en la carrera, mientras se dejaba al holandés ponernos en evidencia de forma grosera.

Si Hongla vuelve junto a centrales sería bueno que Mesa pasara al mediocampo. Seguro.