La conexión marroquí

La primera, la comparecencia desde el inicio de Selim Amallah; la segunda, la repercusión de Pezzolano en el grupo de jugadores.

Es obvio que el jugador marroquí en sus dos comparecencias ha dejado clara su valía como volante de recursos, recorrido y llegada al área rival, amén de un nada desdeñable acierto de cara al gol.

La otra impresión, la que atañe al míster, es también muy clara y hace mención a la lógica. Ahora que ya es tan difícil descubrir nuevos secretos en este deporte, resulta todo un éxito, a mi modo de ver, mantener lo conocido y lo que vas conociendo por ser bueno.

Sabido el resultado, y cuando presencio en diferido el partido por televisión, los nervios dejan sitio a la curiosidad y la visión analítica al seguimiento como aficionado.

Una visión que de salida me identifica con el viejo postulado de que en casa de un rival superior lo primero es defenderse, para después aprovechar lo que te vayas encontrando.

Desde el minuto uno, como ahora se dice, y ayer con precisión milimétrica, el equipo se ordenó y colocó conforme a la lógica.

La posición de Martín Hongla, como central entre Joaquín y El Yamiq, de inicio y con cierta salida por el centro, terminó por dar la estabilidad necesaria a sus compañeros de línea, a los cuales mejoró claramente.

Ahí estuvo la clave de esa fiabilidad defensiva que mostró el equipo y a la cual contribuyeron desde las bandas tanto Iván Fresneda como Luis Pérez; una solidez defensiva que tuvo su continuidad en esa línea de volantes donde Selim Amallah y Kike Pérez pusieron la nota de su calidad ofensivo mientras Monchu ordenaba las salidas de la pelota.

Unas salidas ordenadas que contaron con la inesperada de Jawad El Yamiq que tras fintas y regates batió a Reina para dejar abierta la puerta al triunfo…. minutos y sufrimiento mediantes. Fue la guinda sin duda de un pastel muy deseado.

Por los goles y su forma de consecución, pero sobre todo por un trabajo tan grupal como solidario, ordenado y minuciosamente preparado, mi aplauso a uno y a otros, conexión marroquí incluida. ¡Faltaría mas!