Borrar
Jaime Mata despliega una bufanda blanquivioleta el día de su presentación, julio de 2016; en detalle, junto a su hijo, nacido en Valladolid.
Protagonista en las dos orillas

Jaime Mata, el último gran artillero y su añoranza

Máximo goleador histórico blanquivioleta en una temporada, con 36 goles, dio el paso a la élite con el Girona en Segunda. En la distancia ha visto este año al Pucela «con tristeza», pero confía en que la Leyenda del Pisuerga vuelva a salir pronto

José Anselmo Moreno

Domingo, 11 de mayo 2025, 19:48

Hay un momento de esta temporada que no pasó inadvertido. Durante el partido ante Las Palmas en Zorrilla, en una segunda parte en que por una vez el equipo iba 'al abordaje', salió Mata al campo en lugar de Sandro. El segundo de ellos fue pitado y el primero, aplaudido. Llamó la atención ese contraste aunque fue una justicia poética porque Jaime Mata se fue de Pucela (primero a Getafe y después a Gran Canaria) pero, como él dice, Pucela se volvió «muy suya» y esta ciudad nunca se ha ido de él. A veces se pone el vídeo del ascenso de 2018, cuando le tocó llorar en plena celebración porque ya había firmado por el Getafe y le dolía irse. Hablamos del máximo goleador de la historia del club en una temporada, eso de 36 goles del tirón difícilmente volverá a pasar.

Asegura que aquel ascenso fue mágico. «Recuerdo los recibimientos al llegar a Zorrilla o en los desplazamientos, cuando salíamos del hotel. Afición y equipo nos unimos mucho, yo me emocioné y ni siquiera pude dirigirme al público en la celebración». Tiene la Leyenda del Pisuerga grabada a fuego. De hecho en uno de los últimos descensos puso una foto en sus redes con la frase: «Volverá a salir pronto». Como hace años tenemos contacto y a veces acerté en alguna predicción sobre sus goles, él me dijo en el siguiente ascenso: «No solo tú, yo también tengo algo de visionario».

Mata no llegó a coincidir con Ronaldo. Cruzaron sus caminos, ya que Jaime acababa de irse cuando llegó el brasileño. Sin embargo ha visto como visitante el ambiente de Zorrilla. Su último partido aquí coincidió con una protesta de aficionados, fuera del estadio durante el primer tiempo. Ese estadio lleno de los últimos años germinó con aquel final pletórico del ascenso de Sergio y lógicamente él, como protagonista de aquello, también «ha sufrido» la situación de su exequipo esta temporada. Salvo Anuar, no quedan compañeros suyos en la plantilla pero sí «la afición y los trabajadores del club». Dice que él disfrutó de esa afición y que Valladolid fue muy importante para su familia, de modo que las palabras ante lo acontecido esta campaña son «pena» y «tristeza».

«La fuerza de la unión» fue su post fijado la última campaña en Pucela sobre una foto haciendo piña con sus compañeros. Si dos cosas caracterizaron a Mata aquí fueron su espíritu de equipo y su generosidad. No solo marcó goles, también regaló asistencias y dejó tirar penaltis a sus compañeros pese a ser un especialista. Eso no es muy común, un goleador vive de sus goles. «Nunca pensé que fuera a hacer los números que hice ese año, con el paso del tiempo se valora más, ser el mejor goleador de una temporada en un club como el Pucela me hace sentir orgullo», dice quien después de irse llegó a ser internacional, ya con 30 años.

Mata juega con su hijo, nacido en Valladolid.

Se metía en la portería para agitar la red tras un gol y así, un total de 36 veces (33 en liga y tres durante la promoción) en ese ejercicio 2017-18, superando los 28 goles de Guerra, hasta entonces máximo goleador en una sola campaña (2010-11).

Hasta su última campaña en Valladolid, el máximo registro de la carrera de Mata había sido en Lleida, militando en Segunda B. Entonces fueron 15 goles, porque Mata no parecía llamado a las cifras que manejó su última temporada aquí, en la que también fue el jugador con más minutos, pero recuerda que el cansancio no pesaba. «Cuando los balones entran las piernas siempre van».

Amante de la familia, los paseos y la vida tranquila, Mata es de esos que siempre quieres en tu equipo y no en el contrario. Igual que otros terminaron relación contractual en Pucela y levantaron el pie del acelerador, Mata (con un contrato firmado con el Getafe) lo pisó aún más camino de un ascenso que llevó su nombre, ya que aquel año remataba hasta frigoríficos. La temporada, de hecho, acabó con un gol suyo en el último segundo.

Sigue siendo el mismo que empezó su carrera deportiva en Tres Cantos, en las inferiores del Pegaso. Es de la generación de 1988. Mientras él gateaba, el Pucela vivía una de las temporadas más exitosas de su historia y acabó jugando la final de Copa. Desde el Pegaso se fue al Rayo, donde solo llegó a jugar con su filial, para pasar después al Lleida aunque su primera eclosión le llegó en Segunda. Fue tras fichar precisamente por nuestro rival de este martes, el Girona. Allí se dio cuenta de su potencial en la elite. De la mano de Machín «fueron dos buenas temporadas, en las que jugamos promoción de ascenso», y eso le puso en el radar del Pucela. Recuerda que metió goles importantes y que allí coincidió con Kiko Olivas y Becerra, después compañeros en Valladolid.

Mata jugó muchos años en el fútbol modesto, llegó tarde a la elite y eso multiplicó su voracidad. En este contexto, hay una historia no muy conocida. La segunda temporada en Pucela, el club quiso llegar a un acuerdo con él para rescindir porque solo había metido cinco goles con Herrera, que lo ponía en banda. Como tenía un año más de contrato se quedó pero la confianza no era mucha (hasta se quiso fichar a Ortuño). Jaime empezó de suplente ese año ante el Barca B. A partir de ahí fue titular y se hartó a meter goles.

Poco antes de irse de Valladolid fue padre de un pucelano que nació al lado del Campo Grande. Así pues, tiene razones para sentirse un poco de aquí. «No hay quien nos quite aquellos meses de 2018. Eso queda para siempre, fue como un sueño». Y siete años después nos despertamos todos de otro sueño, con sudor frío y el corazón acelerado, como uno se despierta de las pesadillas.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Jaime Mata, el último gran artillero y su añoranza

Jaime Mata, el último gran artillero y su añoranza