El virus FIFA eliminó a Weissman, el hombre gol del Real Valladolid, y Pacheta entregó uno de sus puños de acero a Cristo. El otro punzón recayó en Sergio León, compañero habitual de Shon. Y en este tránsito hacia el reemplazo del israelí, el ... andaluz tomó el relevo y se apoyó en Altube para descoser el marcador. El arquero vallisoletano engrasó su manopla con mantequilla y el remate del blanquivioleta asfaltó el camino. No fue un puntapié definitivo. Tampoco colocado. Fue más un sobre sorpresa. El Fuenlabrada apenas inquietó, pero son duelos en los que la eficacia marca la pauta. Al Pucela le bastaron pocos alardes para gobernar la pauta.
Rubén Alcaraz por Roque Mesa, orden por imaginación
Pacheta improvisó su doble pivote. Roque tuvo que ver el partido desde el otro lado del caucho. El técnico metió a Alcaraz. Por fin se convenció de que San Emeterio no aporta ni músculo ni cerebro. Sin el canario, el cuadro castellano no generó demasiado pero tampoco sufrió para achicar espacio. El Fuenlabrada se presentó en Zorrilla como un equipo con más orden que imaginación y filo, lo que favoreció al sistema blanquivioleta, bien armado para encoger los huecos y no muy elástico para fabricar oportunidades. El duelo fue más un ejercicio de lógica entre el favorito y el aspirante, que un partido entre dos iguales.
El once tipo de Pacheta con matices para el redondeo final
Al técnico le ha costado algún disgusto, pero por fin ha entendido la lógica de su vestuario. El tiovivo le ha demostrado que el fondo de armario no es tan profundo. Y en esta escena, Pacheta ajustó piezas en función de sus necesidades, pero con un once tipo que será el que se juegue los cuartos hasta el desenlace del curso. Nacho le ha levantado el puesto a Olaza, Pérez está por encima de Janko y en el centro de la defensa, El Yamiq no tiene sustituto. Virus FIFA. Arriba, la pareja está clara. En la medular, Plano no tiene recambio y Toni aparece por Plata. Alcaraz ya está por encima de Saneme. Es el grupo de Pacheta para buscar el ascenso.
La diferencia entre correr y llegar, la ocasión y el fallo
El fútbol tiene un componente físico demoledor. El Pucela exhibió músculo para pegar sus líneas y evitar las ocasiones de su oponente, y también espabiló al rival con contragolpes que acotaron el territorio. Uno de ellos, tal vez el más claro, dibujó un tres contra uno que Aguado envió por encima del larguero. Ahí estuvo la paz. Al menos el paréntesis. La diferencia física escribió la tilde sobre la distancia técnica, aunque el cuadro castellano no consiguió aplacar el ánimo del conjunto madrileño antes del último silbido del colegiado. Pacheta puso a Roque, el canario engarzó el pase que reventó la esperanza del Fuenla.
Cristo por fin exhibe pegada sobre el césped, no fuera
El Pucela abrió el marcador en el primer acto. A partir de ese instante, manejó el guion. Acotó el abismo en defensa y desbocó la melena en ataque. El 2-0 pudo llegar en más de una oportunidad, pero no besó la red hasta que Roque afinó una contra con un pase que apeló a la reivindicación de Cristo, que aplicó eficacia y sentenció el duelo con un remate certero. El golpeo del canario cerró una herida y media. Con el partido resuelto, el medio tacón de Óscar Plano redondeó una goleada lógica, que en otro tiempo sonaría a noticia. El Real Valladolid sigue creciendo y el triunfo de ayer le consolida en la pista hacia el ascenso.
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