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Tal día como hoy hace un año, el Real Valladolid de Pacheta se plantaba en pretemporada con 37 jugadores y una necesidad mucho más acuciante por acelerar la operación salida. Demasiados contratos en vigor y un puñado de fichas por despejar antes de adaptar su ... límite salarial y cerrar mercado a 31 de agosto.
La situación un año después no es tan apremiante, pero sí requiere de rapidez de movimientos para hacer hueco en el vestuario y poder acoplar piezas que, apalabradas, esperan su turno pacientemente para presentarse en sociedad. Una de esas piezas ya apalabradas, aunque sin encaje todavía, es la de Sergio Asenjo, víctima del overbooking que sufre el plantel blanquivioleta a día de hoy.
Una situación que es un tanto desconcertante para el meta palentino después de nueve temporadas de forma ininterrumpida en el Villarreal, tal y como él mismo reconoce.
«Hacía muchos años que no me encontraba en esta situación, mucho tiempo in ir al mercado. Nunca he estado en esta tesitura en el verano y tampoco estoy haciendo nada diferente a cuando me tenía que incorporar al Atleti o al Villarreal», aseguró ayer en una entrevista mantenida con Relevo, el nuevo diario deportivo de Vocento.
Apuntaba Asenjo, sin aparentar para nada la impaciencia que pueda generar para un futbolista este tipo de escenarios, que en su puesta a punto en verano no hace gran cosa salvo alejarse de la portería. «No hago portería, aunque sí gimnasio, bici y un poco de pádel. Tengo varios amigos que son preparadores y después de tantos años, cada uno ya conoce su cuerpo y sabe lo que necesita», apunta Asenjo, que reconoce que durante la pandemia le tocó adaptar su casa en Benicasim para poder entrenar y no perder la forma.
Mientras llega ese momento de hacer oficial su regreso a Valladoid, el tres veces campeón de la Europa League demuestra que tiene bien presentes sus raíces y el amor por los colores que le dieron la oportunidad de llegar a lo más alto en el mundo del fútbol profesional. «Siempre lo he dicho, no ahora, fueron los que de verdad apostaron por mi. No es fácil que den una oportunidad a un chaval con 18 años, a mi me la dio Mendilibar y la vuelta ya se verá. Veremos los próximos días o semanas qué sucede», deslizó ayer durante la conversación mantenida con el canal Twitch de Relevo.
En ese repaso que Diego Campoy, conductor del programa, realizó sobre la trayectoria de Sergio Asenjo, no faltaron menciones y recuerdos del palentino a la que se fue su casa en su etapa de formación.
«Me acuerdo mucho, y sigo teniendo contacto con él cuando voy a Valladolid, de Pereira, que fue mi entrenador en el cadete A y quien de verdad creyó que yo podía ser profesional», recuerda Asenjo, que prefiere mantener la discrección hasta que pueda hacer oficial la decisión que ha tomado. Lo que no puede ocultar es su estrecho vínculo y amor por el club que le dio la oportunidad cuando era un pipiolo. Su reacción en redes sociales el día del ascenso a Primera son la prueba más palpable. «Me alegré mucho del ascenso esta temporada. Le debo mucho al club. Todos mis amigos son de Valladolid y sé del cariño que me tienen», comenta el ya exportero del Villarreal.
Después de quince temporadas al más alto nivel, en las que ha debido superar dos lesiones muy graves, Asenjo puede decir que ha vivido las dos caras del fútbol. De ahí que se identifique con lo que está pasando en las últimas Alexia Putellas, al igual que el palentino en su día con el ligaento cruzado de la rodilla roto. «Viendo el nivel que había alcanzado, se ve que es una trabajadora nata y seguro que en breve trabajará con fisios y médicos, y más pronto que tarde estará de vuelta. En mi caso ayuda psicológica por suerte no he necesitado, sí sé de compañeros que han acudido a ello y toda ayuda es poca, sobre todo en lesiones de larga duración. Por suerte he podido salir de todas ellas con ilusión. y ahora me encuentro fisicamente en uno de mis mejores momentos de mi carrera. Me encuentro con una ilusión tremenda para demostrar que Sergio Asenjo tiene mucho fútbol aún».
Asenjo también habló de su salida del Villarreal, nada traumática después de nueve exitosos años. «Mi salida es amistosa, increíble, no tengo más que agradecimientos para el Villarreal. Las cosas tienen un principio y un fin, y han sido nueve años en los que me quedo con todo lo bueno vivido. Me quedo con el abrazo con Fernando (Roig)», destaca sobre el presidente y alma mater del club. «Hay que estar agradecido por todo lo que han hecho por mi y el respeto que han tenido en mis dos lesiones. Todo lo bueno ha sido brutal», resume.
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