El germen del Real Valladolid femenino

El conjunto burgalés acabó la temporada regular en segunda posición a seis puntos de las simanquinas y con solo dos encuentros perdidos, lo que puede llegar a etiquetarlas como favoritas. Y de eso es consciente Rubén Beltrán, técnico del conjunto franjiblanco. «Por clasificación ellas han demostrado que son mejores que nosotras, pero también somos capaces de ganarlas como ya lo hicimos en nuestra casa. Tenemos que trabajar con humildad y con el corazón para tratar de sacar buen resultado en casa. Sabemos que el partido de vuelta va a ser muy difícil».

Desde el comienzo de temporada, la mirada estaba puesta en alcanzar el 'play-off' y el objetivo se ha conseguido. Saben que los grandes logros toman su tiempo. «Lo hemos luchado y siempre hemos sabido que lo podíamos conseguir. La clave ha estado en el equipo y en el trabajo de Rubén. Estamos unidas y se está notando que cada vez somos más intensas en el campo», comenta la capitana del barco franjiblanco, Kela Martínez que quiere poner el colofón a la temporada con el meteórico ascenso.

La historia del CD Villa de Simancas femenino comenzó hace dos años y su primera página se escribió el 8 de marzo de 2020. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Emma Crespo y Daniela Luque, jugadoras que militaron en equipos mixtos de la entidad simanquina, solicitaron, en el Pleno del Ayuntamiento de Simancas, la creación de un equipo femenino. Los primeros pasos se dieron en la Liga Volvemos Doble G, una competición con una duración de tres meses con cuatro equipos participantes. Las franjiblancas quedaron segundas a un punto del Astorga Femenino. En la actual Liga Doble G, el Villa de Simancas está recogiendo los frutos de una apuesta convincente. «Empezamos con un proyecto nuevo. Era la primera vez que entrenaba a un equipo femenino. Se ha hecho un bloque espectacular, dedicamos mucho tiempo a corregir errores para mejorar. Nos planteamos el objetivo de estar lo más arriba posible sin ser avariciosos. Todo esto viene de un trabajo excepcional de la dirección deportiva y de la directiva. Es fácil trabajar si dispones de un buen grupo de jugadoras».

No fue difícil confeccionar la plantilla, todas las jugadoras tienen la ilusión y el amor por el fútbol como elementos dominantes, pero también se trata de un grupo heterogéneo. Algunas jugadoras habían coincidido en otros equipos como el San Viator o Parquesol, otras procedían del fútbol sala e incluso para algunas, esta era su primera aventura en el fútbol. Crear una conexión en el verde fue un nuevo reto. «Los conceptos del fútbol sala no son iguales, pero tiene mucho mérito que todas se hayan adaptado tan bien», apunta el técnico.

En un equipo prematuro, Rubén Beltrán fue como aquel profesor que imparte su clase por primera vez. Ya había entrenado a equipos de fútbol masculino y fútbol base, pero nunca antes se le había planteado la opción de dirigir a un equipo femenino. Fue entonces cuando surgió la oportunidad de dirigir al Villa de Simancas. Confiesa que tenía cierto respeto porque no sabía qué se iba a encontrar ni conocía la dinámica, pero esos miedos desaparecieron nada más comenzar la temporada. «La predisposición de ellas fue espectacular. Todos hemos aprendido a trabajar en equipo, mejorar. Puedo decir que han sido los mejores dos años de los veinte que llevo como entrenador».

Hace una semana se hizo oficial el acuerdo de colaboración entre el Real Valladolid y Villa de Simancas para la creación de un equipo femenino que comenzará a rodar este mismo verano, cuando concluyan los 'play-off'. La capitana Kela Martínez quiere mantener los pies en el suelo y focalizarse solo en la eliminatoria sin desviar la mirada, aunque sostiene que «es un proyecto que ilusiona y motiva».

En el Villa de Simancas no existen personajes principales y secundarios, sino que dentro de la historia cada jugadora es protagonista, sin distinciones. Quieren continuar con un camino que les augura grandes éxitos. Este domingo tiene como objetivo superar la primera barrera,. Tanto entrenador como capitana coinciden que el aliento de los aficionados va a ser clave para un mayor esfuerzo cuando las piernas empiecen a flaquear.