De la Hoz, el diésel del equipo, firmó la mejor nota del Real Valladolid

Aunque poco más pudo hacer, se quedó parado en la acción del gol posiblemente por verse tapado y no ver cómo salí el balón de los pies de Francés. De momento se le ve timorato, como en una pista de despegue, aún lejos de la mejor versión que da puntos al equipo.

Pese al tiempo que lleva en Valladolid se le ve desorientado. Da la sensación de estar perdido, como si se enfundara la camiseta blanquivioleta por primera vez. En La Romareda perdió la marca en el gol, y la volvió a perder en la acción del segundo de Maikel Mesa, anulado posteriormente por fuera de juego.

Decepcionó en el debut y volvió a decepcionar en Zaragoza, acumulando su segunda sustitución en dos jornadas en una zona del campo en la que no se admiten despistes. De momento no luce -ni de lejos- el cartel de líder de la zaga que se le presumía y hasta dos centrocampistas como Quintana y De la Hoz han dejado mejor poso como centrales.

El chaval dirá que si se trata de jugar, hasta de portero, pero el hecho de que esté muy por encima de la media del rendimiento defensivo del equipo, dice muy poco de la planificación en oficinas. Cumplió en el debut ante el Sporting y cumplió con nota en Zaragoza, salvando situaciones muy delicadas.

Está cuajando poco a poco su incorporación como un centrocampista más, algo que se le pide también al lateral derecho, pero los años acaban pasándole factura como se pudo comprobar ante el Sporting (Hassan) y en La Romareda, fuera muy pronto tras un choque con un contrario.

Su liderazgo en este equipo está fuera de toda duda. En Zaragoza lo ejerció, pero acabó diluido en guerras estériles que no traen nada bueno. Aún así, solo le faltó ese último metro que sí apareció el día del estreno ante el Sporting. Pidió un penalti por derribo en la misma acción del placaje sobre Cédric dentro del área.

Consiguieron desquiciarle, a partes iguales entre la defensa maña y el árbitro, y no fue el mismo del día del estreno. Tuvo cierto protagonismo en el arranque de partido pero se fue diluyendo con el paso de los minutos. Aún así, tuvo en sus botas la ocasión más clara del Valladolid, con un disparo dentro del área que se estrelló en el larguero.

Bien es cierto que no encontró balones de ciertas garantías para encarar y ganar línea de fondo como en partidos anteriores, pero aún así tampoco estuvo fino en las acciones en las que intervino. En esta ocasión no resultó lo incisivo que se le presupone.

Es el jugador que aporta más profunidad de la plantilla, pero en Zaragoza no encontró oportunidades salvo en los primeros compases de partido, y en suituaciones en las que recibió más cerca del centro del campo que de portería. Tras el descanso desapareció del mapa y apenas participó del juego.

Esta vez no pudo pescar ninguna como acostumbra, y su participación se acabó con el flagrante penalti que cometieron sobre él al placarle literalmente dentro del área. No fue la única ocasión en la que se las tuvo con la defensa maña. El delantero llegado del Promesas ya sabe cómo se las gastan en la categoría.

El entrenador:

Movió las fichas tras el descanso en busca de una reacción y arriesgó en los minutos finales con todo lo que le ofrecía el banquillo sin respuesta. O más bien con una respuesta insuficiente. El técnico ha demostrado en poco tiempo que está cambiando algunas cosas, pero necesita herramientas para terminar de cerrar el círculo.

También jugaron:

Jugó a pierna cambiada para dar relevo a Escudero en banda izquierda y cumplió con su cometido. Suya fue, incluso, una de las ocasiones más claras del partido, en un disparo dentro del área que se fue rozando la base del palo izquierdo de la portería de Christian Álvarez.

Activo y con ganas se le vio ante el Sporting y en Zaragoza repitió disposición, no se sabe si queriendo demostrar para encontrar una salida a otro club/fútbol más competitivo o si realmente está comprometido con el equipo que tanto apostó por él la temporada pasada. El brasileño salió tras el descanso y no se escondió en ningún momento, pidiendo balón y buscando cada vez la portería contraria. De momento le falta ese último metro para ser decisivo.

Va a dar mucho juego en cuanto gane rodaje y kilómetros con sus nuevos compañeros. Jugador incisivo, vertical en todo momento y que se asocia bien, demostró en La Romareda que tiene personalidad para pedir el balón y afrontar situaciones difíciles. Un valor seguro en cuanto disponga de más minutos.

Necesita más minutos que otros jugadores y sentirse importante dentro del equipo para aportar al juego. En Zaragoza tocó pocos balones, pero todos entrañaron peligro. El más claro, el servicio atrás a Iván Sánchez tras un buen control para que éste disparara al larguero.