El Real Valladolid es un equipo zombi que despide un fuerte olor a Segunda División. Con un técnico superado desde hace tiempo, el Pucela se encuentra en caída libre hacia el precipicio mientras la directiva finge que no pasa nada y se prodiga en ... mimos hacia Sergio González. A la bochornosa imagen ante el Huesca siguió otra versión páuperrima ante un Alavés que ya ha ejecutado el 'sorpasso' en la tabla. Sin ideas, sin fútbol, con los jugadores perdidos en el campo, con decisiones incomprensibles desde el banquillo, el Real Valladolid camina sin brújula. El enésimo fiasco debería colocar a Sergio al borde del cadalso, pero con esta directiva nunca se sabe. La orquesta del Titanic puede tocar hasta el final del naufragio.
Publicidad
El Alavés superó al Real Valladolid de cabo a rabo. El debut blanquivioleta de Lucas Olaza despertó el interés inicial por observar las evoluciones del nuevo lateral izquierdo, pero el partido se convirtió en un pedregal desde los primeros minutos con mando albiazul. Con San Emeterio como cerrojo extra por delante de la zaga, el Real Valladolid quiso blindarse en torno a la portería de Masip y dejó que fuera el Alavés el que manejase el compás.
Los toques babazorros no lograron superar las selladas líneas pucelanas en la primera parte. Una mano de Plano en el área creó inquietud, pero el VAR resolvió que allí no había nada: el extremo sufrió un empujón de Manu García. El dominio del Alavés fue infructuoso, pero retrató a un Real Valladolid con temor a perder el orden defensivo y sin nada que llevarse a la boca en ataque. Con el freno de mano echado, llegar a la portería de Pacheco parecía una hazaña.
El partido siguió muy espeso, cortado por las constantes faltas y el tacticismo de dos equipos en apuros. La primera llegada del Real Valladolid al área alavesista llegó en un saque de banda de Luis Pérez bien abortado por la zaga local.
Publicidad
Deportivo Alavés
Pacheco; Ximo Navarro (Martín, m.59), Lejeune, Tachi, Duarte; Edgar Méndez, Manu García (Battaglia, m.81), Pina, Rioja (Córdoba, m.59); Lucas Pérez y Joselu (Deyverson, m.90).
1
-
0
Real Valladolid
Masip; Luis Pérez, Joaquín, Bruno, Olaza; Fede San Emeterio; Hervías (Toni Villa, m.62), Roque Mesa (Alcaraz, m.62), Kike Pérez (Kodro, m.62), Óscar Plano (Orellana, m.77); y Weissman (Waldo, m.77).
Goles: 1-0 (m.65), Joselu.
Árbitro: Soto Grado (comité riojano). Amonestó a Tomás Pina, Ximo Navarro, Bruno, Joaquín, Manu García, San Emeterio, Alcaraz, Edgar Méndez.
Otros datos: Mendizorroza. Sin público por la pandemia de covid-19.
Sin faros en ataque, el Pucela estuvo rápido para frenar una internada de Lucas Pérez, cortado por San Emeterio cuando enfilaba el callejón hacia la meta de Masip. El bloque alto del Alavés causó estragos en la salida del balón del Real Valladolid, inexistente durante todo el partido. Luis Pérez y Lucas Olaza mantuvieron la correa defensiva, con pocas veleidades para buscar las subidas por sus bandas.
Superada largamente la media hora de partido, un destello de San Emeterio liberó mínimamente al Pucela de sus ataduras ofensivas: Olaza encontró un carril de aceleración y logró colocar un centro al área. El envío no encontró rematador, pero vista la viscosidad del partido supuso casi un soplo de aire fresco. Hervías, siempre con la verticalidad como objetivo, también se animó con otro centro que sobrevoló el área del Alavés.
Publicidad
Las continuas faltas y la trabazón en el juego mantuvieron el tono plomizo antes del descanso, con los porteros sometidos a poca presión por parte de los delanteros rivales.
El Alavés supo esperar su momento ante un Real Valladolid que se desangra en cada partido con una hemorragia incontrolable. Lejeune inauguró con un duro disparo de falta una segunda parte más abierta, donde los vitorianos se convirtieron en un tormento para Masip, ya muy exigido por la fragilidad de su defensa.
La zaga blanquivioleta volvió a su versión verbenera. A Rioja se le encasquilló la bota cuando estaba libre de marca en el segundo palo en un grave error defensivo. Solo Roque Mesa pudo oponer un disparo en la otra orilla que atrapó Pacheco sin despeinarse.
Publicidad
El Alavés derritió al Real Valladolid con llegadas constantes. Olaza salvó ante Edgar una peligrosa internada de Rioja. Sergio ejecutó un triple cambio que se le volvió en contra porque Joselu no perdonó un centro de Martín para anotar el 1-0. El gol en contra dejó al Pucela tiritando y sin capacidad de creación: a esas alturas ya no estaban Roque Mesa, Kike Pérez ni Pablo Hervías, el jugador más incisivo. Sergio tardó en reaccionar y el Pucela se quedó a la intemperie, sin saber qué hacer con el balón. Masip impidió otra humillante goleada con acciones de mérito. El Real Valladolid se rompió y volvió a mostrar una imagen de impotencia. Sergio es un técnico zombi al frente de equipo zombi. Y nadie parece querer remediarlo.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.