Hay dos fechas grabadas con letras de oro blanco (y violeta) en las visitas del Real Valladolid al Fútbol Club Barcelona: 20 de diciembre de 1987 y 9 de noviembre de 1997. De los 47 partidos (entre Liga y Copa) del Pucela en el Camp ... Nou o en el antiguo estadio de Les Corts, solo en esas dos ocasiones paladeó la victoria. El portero César Sánchez se coronó como el héroe de la gesta más reciente, aunque ya haya llovido desde entonces: han transcurrido casi 23 años y medio desde la última hazaña blanquivioleta en feudo culé.
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«Tengo muy buen recuerdo de aquel día», evoca el exguardameta del Real Valladolid. «Ganar en un campo de estos no se produce todos los días. Nosotros éramos un equipo todavía muy joven y atrevido. Nos encontramos un partido de muchas ocasiones. Recuerdo que nos pusimos 0-2 [goles de Eusebio Sacristán y Alen Peternac] y que nos metió un gol Pizzi al final [minuto 92]».
Para César, la clave de aquel 1-2 en el Camp Nou se debió al carácter atrevido con que salió el Real Valladolid ante un rival que contaba en sus filas con jugadores como Luis Enrique, Figo o Rivaldo, al que detuvo un lanzamiento imposible a quemarropa. «En aquella época había equipos con descaro y nosotros éramos uno de ellos. Obviamente, tienen que cuadrar muchas cosas: que el portero esté bien, que los delanteros metan las pocas o muchas oportunidades que tengan... Pero sí, yo creo que todo parte desde el atrevimiento, la creencia, algo que nosotros teníamos en aquel grupo:pensábamos que podíamos ganar en cualquier sitio si hacíamos las cosas bien».
Además, había un reto histórico: «Antes del 1-2 ante el Barcelona, me hicieron constar que la única vez que había ganado el Real Valladolid allí había sido diez años antes, con un 2-4 y tres goles de Manolo Peña [el otro lo logró Manolo Hierro]. Fuimos con la sensación de que si ya se había podido antes...».
El Real Valladolid de aquella campaña sufrió el traumático despido radiado de Vicente Cantatore después de los tres primeros partidos de Liga y la llegada de Sergio Kresic al banquillo. El croata dirigió al equipo en el Camp Nou para lograr la segunda victoria de la historia pucelana (en la primera, en 1987 por 2-4, el entrenador era Cantatore). César Sánchez recuerda la «época espléndida y maravillosa» que vivió con el mago chileno en el banquillo, principalmente en la campaña 1996-1997, cuando el Pucela acabó séptimo y se clasificó para disputar la Copa de la UEFA.
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«También es verdad que Sergio [Kresic] cogió al equipo en una situación muy complicada. Una destitución como aquella no es agradable, especialmente si vienes de una época como la que habíamos tenido con don Vicente, que nos cogió muy mal en la temporada 1995-1996, porque estábamos casi para bajar a Segunda División... Pero los dos tienen mucho mérito: Sergio fue capaz de dar continuidad a lo que hizo Cantatore, con otra filosofía de juego, muy diferente a la de don Vicente. Sin embargo, no era fácil estar en Primera División de forma recurrente y nosotros lo logramos con cierta solvencia. Con Kresic quedamos en los puestos once y doce de la tabla. Con Vicente, el año entero que estuvo, fuimos séptimos. Sí recuerdo que su despido fue algo traumático por las circunstancias en las que se produjo, pero también es verdad que, por ser justos, Sergio hizo un magnífico trabajo», apunta César.
El exportero considera que ahora, con otro Sergio en el banquillo, el Pucela puede tener sus opciones de sorprender al FC Barcelona de Ronald Koeman. «Este Real Valladolid es un equipo bueno y atrevido para jugar fuera de casa. Además, ante los grandes compite bien Estoy seguro de que lo pondrá difícil. Además, ya lo ha hecho. Recuerdo que hace dos temporadas, Sergio González colocó una defensa de cinco y estuvo a punto de empatar. Esto significa que a estadios así hay que ir con atrevimiento y creer que realmente lo puedes conseguir. Hemos pasado ya la época en la que había tal diferencia en la Liga que estos encuentros eran de puro trámite, para unos y para otros. Pero esto ha cambiado y da igual la clasificación. Lo estamos viendo: los equipos grandes pierden partidos y les cuesta mucho más ganar».
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César Sánchez reside actualmente en Valencia, después de presentar su dimisión el verano pasado como director deportivo del club che. «Sí, me he quedado a vivir allí, pero pronto buscaremos otro proyecto para volver a la carretera».
El exportero no solo ganó en el Camp Nou en aquel 1-2 pucelano, con goles de Eusebio (de falta directa en el minuto 10 y de Alen Peternac de cabeza tras un centro de Víctor Manuel Fernández en el 49). Con el Real Madrid también logró la victoria en semifinales de la Liga de Campeones en 2002 (0-2) y con el Real Zaragoza en cuartos de la Copa del Rey (0-1, en 2007). «Bueno, depende de cómo veas la estadística, porque en otros partidos me metieron unos cuantos goles...», ríe César. «Al final te mides a un equipo grande en su casa, pero siempre que jugué allí íbamos con la creencia de que podríamos ganar. Con el Real Madrid, por supuesto, pero también con el Real Valladolid. Eso es lo bonito del fútbol. En los últimos años siempre ha habido un elemento que se llama Messi y que lo ha condicionado todo, pero también es verdad que a los grandes les cuesta ganar. Y cada vez más, afortunadamente».
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