Gonzalo Plata circulaba a «gran velocidad» por el carril bus y triplicaba la tasa de alcohol

El informe preliminar sobre el choque apunta a que el conductor del Mercedes circulaba por el carril derecho, reservado al transporte público (bus y taxi), de la calle López Gómez hacia la plaza España y pudo rebasar en rojo el semáforo –eso está aún en investigación– situado antes del cruce con Fray Luis de León. Quizás apuró demasiado el ámbar. El caso es que el taxista, que circulaba por Fray Luis de León (el carril allí es exclusivo de buses y taxis) hacia Santa Cruz –recogió a la pasajera en el centro y la llevaba a Pajarillos–, defendió ante los agentes que acababa de iniciar la marcha al ponerse su semáforo en verde (el situado antes de López Gómez) y que recibió el impacto frontolateral del Mercedes cuando atravesaba el cruce en línea recta.

Las dos calles están limitadas a treinta kilómetros por hora y la investigación apunta a un posible exceso de velocidad por parte del conductor del Mercedes, que golpeó con la parte derecha de su frontal al lateral izquierdo del taxi y lo lanzó hacia adelante. Un testigo, de hecho, declaró que vio al Mercedes «circulando a gran velocidad por el carril bus», según recoge el informe policial. El taxi, un Toyota Prius, hizo un ligero giro hacia la derecha y reculó hacia la acera del lado de la óptica, donde derribó con el maletero el semáforo (del lado de la prolongación de Fray Luis de León) y acabó semivolcado del lado del conductor.

La peor parte se la llevó la pasajera, una mujer de 37 años, que salió despedida fuera del habitáculo por la luna delantera para caer sobre la calzada, según todos los indicios, al no llevar abrochado el cinturón de seguridad. Ella y el taxista, de 41 años, solo sufrieron lesiones leves. «Está muy dolorido, pero está bien y la chica, al parecer, también», confirmaron fuentes de Radio Taxi.

«En el momento del impacto no vi el coche que venía y no pude frenar ni esquivarle», reconoció el futbolista ecuatoriano, que asumió públicamente su responsabilidad en el accidente sin aportar, eso sí, más detalles. Él y su acompañante, el también futbolista y compatriota Vicente Jaime, de 20 años, resultaron ilesos. Gonzalo Plata sí confesó que se dejó «llevar por la noche» y que dio positivo por alcoholemia. El jugador arrojó una tasa inicial de 0,80 miligramos por litro de aire espirado y una segunda, la válida legalmente, de 0,72. De manera que casi triplicó el límite legal (0,25) y rebasó el que establece la categoría de delito (0,60).

Así que el jugador será investigado por un posible delito contra la seguridad vial, otro de daños –el taxi acabó destrozado, al igual que el semáforo y la luna de la óptica– y dos de lesiones. «He hablado con los dos y gracias a Dios los dos están bien», incidió ayer Gonzalo Plata antes de volver a asumir la responsabilidad del siniestro y la futura, y previsible, condena penal, de entre tres y seis meses de prisión o multa (lo más habitual) de seis a doce meses y la retirada del carné de uno a cuatro años. Eso al margen de las indemnizaciones por los daños materiales y la multa por causar dos heridos si, como parece, se confirma que fue el responsable de la colisión.