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Un equipo del Real Valladolid en la temporada 1960-61. De pie: Estrems, Ramírez, Solé, Lesmes II, García Verdugo, Endériz y Zumalave. Agachados: Mirlo, Macario, Zaldúa, Morollón y Joselín.
Los goles de Endériz con los que el Real Valladolid derrotó al Espanyol en Sarriá

Los goles de Endériz con los que el Real Valladolid derrotó al Espanyol en Sarriá

La Vista Atrás ·

El jugador sudamericano fue, en la temporada 1960-61, el segundo mejor artillero blanquivioleta

José Miguel ortega

Valladolid

Domingo, 23 de febrero 2020, 08:27

'Cacho' Endériz –Eduardo Bibiano Endériz Artajona- fue una de las perlas que llegaron de Argentina y Uruguay como integrantes de la célebre Operación Saso. Los dos uruguayos, él y Benítez, eran los más jóvenes, con 19 y 18 años respectivamente y también los dos primeros en triunfar en el fútbol español, siguiendo los dos el mismo camino: del Valladolid se fueron al Zaragoza, y del equipo maño al F.C. Barcelona.

Julio Benítez solo estuvo un año defendiendo los colores blanquivioletas, pero Endériz, que se había casado con guapísima una vallisoletana, estuvo cuatro temporadas en una primera etapa y otras tantas en la segunda, y siempre con un gran rendimiento a pesar de que cuando volvió al Pucela desde el Sevilla, una lesión había mermado considerablemente sus condiciones físicas.

Los aficionados vallisoletanos disfrutaron del mejor Endériz entre 1959 y 1963, y de una manera muy especial en su segunda campaña con el Valladolid, la 1960-61, pues además de aportación técnica, visión de juego y entrega, se destapó como goleador, siendo el segundo máximo realizador blanquivioleta, tras Zaldúa, con 11 tantos en Liga y 2 más en Copa.

Pero si hubiera que elegir una tarde de especial inspiración del gran interior uruguayo, nos quedaríamos con el partidazo que soltó ante el Español, el 13 de noviembre de 1960, en el viejo campo de Sarriá, que no era precisamente un escenario favorable a los éxitos vallisoletanos.

Aquel día tampoco parecía muy propicio para los intereses pucelanos, porque a los 3 minutos de juego, el Español se puso por delante en el marcador con un gol de Boy, un joven y prometedor delantero nacido en Mahón, que después no cuajó como de él se esperaba. Poco a poco, sin embargo, el Valladolid fue tomando el control del partido, gracias al buen trabajo en el centro del campo y al peligro que Endériz creaba moviéndose entre líneas.

Justo cuando estaba a punto de concluir la primera mitad, un pase de Pontoni al uruguayo, supuso el empate con un disparo raso y ajustado al poste que Joanet no pudo detener. En el descanso, Eguiluz, entonces técnico del Real Valladolid, les hizo ver a los jugadores la necesidad de apretar el acelerador en la segunda parte porque el Español estaba dando síntomas de cansancio, y más pronto que tarde, a los 51 minutos, se produjo el gol de la victoria castellana, una verdadera obra de arte del que sería la gran figura del encuentro.

Cacho Endériz recibió el balón, dejó atrás a Bartolí con un regate seco y se presentó ante el meta españolista, pero en lugar de chutar, le esperó, le dribló y, a puerta vacía, empujó a la red. Un formidable gol que incluso aplaudieron los afionados catalanes, sin saber que iba a ser el que sellara el triunfo vallisoletano, cuyos protagonistas fueron, con el señor Lacambra como árbitro, por el Español: Joanet; Argilés, Bartolí, Muñoz; Recamán, Sastre; Torres, Boy, Coll, Domínguez y Camps. Y por el Real Valladolid: Estrems; Pontoni, Solé, Lesmes II; García, García Verdugo; Zaldúa, Ramírez, Morollón, Endériz y Joselín.

Eduardo Endériz fue elegido mejor jugador blanquivioleta de la temporada 1960-61, y aquí está recibiendo el trofeo de manos de la Reina de la Prensa.

Lástima que aquella gran victoria no sirviera de mucho, porque el Pucela pecó de inexperiencia, tuvo tres entrenadores –Saso, Eguiluz y Paco Lesmes- y no acertó a sacar partido de la indudable calidad que tenía en su plantilla, terminando en segunda división.

Menos mal que solo estuvo un año en el purgatorio, pues logró ascender ganándole la promoción, precisamente al Español, en aquel partido no apto para cardiacos que se celebró en Zorrilla el 6 de mayo de 1962, con goles de García y Rodilla en los minutos 73 y 89, para neutralizar el marcado por Indio en «Sarriá».

Pero volviendo al encuentro de la temporada anterior, junto a Endériz brilló el debutante José Domínguez «Joselín», que había llegado aquel año procedente del Real Madrid y que acabaría convirtiéndose en su cuñado.

Cuando ambos terminaron sus respectivas carreras futbolísticas, echaron raíces en Valladolid compartiendo un negocio hostelero, el bar «Cachito», refugio de estudiantes, pues estaba en la calle Librería, enfrente de la entrada a la Facultad de Derecho. Uno y otro, grandes personas, no fueron bien tratados por la vida, ya que murieron jóvenes, con 52 años«Joselín y con 59 'Cacho' Endériz.

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