De la goleada a la congoja en un suspiro

Gambetas largas ·
El Pucela firma una sobresaliente actuación ante un Elche muy mediocre, pero sufre más de la cuenta tras el 2-1 del conjunto ilicitano

Juan Ángel Méndez

Sábado, 5 de noviembre 2022, 19:13

El mundo al revés de Iván Sánchez, del todo a la nada

Pacheta llevaba varias jornadas sin contar con él. Iván Sánchez volvió al once para poner el filo al 4-3-3, con Mesa y Aguado por dentro, pero no encontró su espacio. Antes de comenzar el curso, se postulaba como una pieza clave. Lejos de la realidad. Ahora, representa el signo de interrogación. Necesita continuidad y no la tiene porque hay compañeros que gozan de más confianza por parte del técnico. Como siempre, buscó la gambeta. No tuvo éxito. Solo se encontró a sí mismo en un centro lateral que merodeó el punto rojo de la diana. Intentó el desborde, sondeó el quiebro con la pelota cosida a la bota, pero no atinó.

Javi Sánchez abre la lata y cierra el bote

Poco se habla del nivel de Javi Sánchez. El central blanquivioleta es el superviviente de la retaguardia blanquivioleta. Pacheta cambia cromos, pero nunca prescinde del jóker. Sánchez se mostró contundente en defensa, demasiado celo en la acción que le costó la cartulina amarilla, y apareció en el momento preciso para descorchar la botella. Remató con la precisión de un centrocampista, empeine interior al hierro de atrás, y estrechó espacios para dejar sin oxígeno a Boyé, un toro que ayer se convirtió en vaquilla al lado de Joaquín y su compañero, que cerró el bote, abrió la lata y llegó algo tarde en el gol de Josan.

Roque Mesa se gusta con el horizonte despejado

El Elche solo reaccionó tras acortar distancias. Hasta ese momento, fue un juguete en las fauces de un niño ávido de diversión. Roque Mesa jugó como si estuviera en un entreno. El canario agradece el espacio abierto, la orilla opuesta de lo que vivió en Pamplona, y se convierte en el metrónomo ideal cuando recibe, controla, levanta la cabeza y dibuja el fútbol como si tuviera la tiza de la pizarra en la bota. El cuadro castellano bailó la Isa al paso que marcó Mesa. Aguado le escoltó con tensión y manejó los tiempos ante un adversario deshilachado que se rompió muy pronto. La vuelta al 4-3-3 puso costra a la herida.

Badía evita la goleada de un Pucela muy superior

El Elche salió con el cuello medio erguido gracias a su portero. Edgar Badía evitó una goleada inusual en Zorrilla. Escapo de las estadísticas en frío, no entro en el global de los tiros a portería, que estuvieron cerca del récord. Vamos a por las ocasiones clarísimas. Hubo cinco, además de los dos goles. Badía se vistió de superhéroe para detener la primera de Plata, en los primeros segundos del partido, dos de Plano, otra de Plata y un remate impecable de Sergio León. No fueron uys, las paradas se disfrazaron de último aviso, el abismo que el arquero ilicitano convirtió en llanura con una actuación sublime.

17 puntos y una situación holgada en la clasificación

El Real Valladolid tiene sus lagunas, como la del fin de semana pasado en Pamplona, pero es un equipo fiable. Diecisiete puntos a estas alturas del curso le otorgan una tranquilidad poco habitual a orillas del Pisuerga. Todo es mejorable, como el sufrimiento tras el gol de Josan, pero el Pucela compite y tiene un estilo muy definido. Es un gusto verle dormir en la mitad de la tabla con 17 puntos. El Elche, que demostró ayer por qué es el colista, le pilla muy lejos en todos los sentidos. Queda mucha Liga, pero el Pucela ha encontrado el camino más ancho y avanza con paso firme hacia la permanencia antes de hora.