Gol, asistencia y MVP para Joni Montiel ante el Andorra

Sacó todo lo que iba dentro, alguno de los disparos especialmente dificultoso como un remate a bocajarro de Scheidler a dos metros de línea de gol. El meta brasileño cuajó, de este modo, su mejor partido como blanquivioleta, reforzado además por la portería a cero (el penalti postrero se fue al limbo).

Voluntarioso y poco más, que es como decir que cumplió para llegar al aprobado y pinchó cuando su fútbol necesitó ir más allá de lo minimo exigible. Sigue sin dar a la tecla que nos descubra al mejor Luis Pérez de su etapa en Tenerife.

Que es lo mejor que se puede decir de un defensa, más de un defensa central. Y Boyomo ha encontrado una línea de regularidad que le va congraciando con la grada y le empieza a convertir en una garantía sobre todo para la zaga, pero también para el meta John, necesitado de tranquilidad.

A simple vista solo le faltan detalles que se ganan con 50 partidos más en la mochila, e incluso cuando los tenga en el curriculo se atreverá a hacer cosas que ahora mismo no está en disposición de aportar, caso de la salida de balón. Su tándem con Boyomo se ha consolidado como el de mayores garantías para Pezzolano.

Esta vez necesitó estar más pendiente de la portería propia que de la ajena y, aunque se le llegó a ver por momentos en punta de ataque, cuajó un partido práctico. Sin brillo pero eficaz para el plan trazado por el técnico.

Hemos visto un Valladolid sin Marcos André, sin Raúl Moro, sin Iván Sánchez y sin Kenedy, pero uno no se imagino uno ahora mismo sin Monchu o sin Juric. El croata se ha convertido en imprescindible, da igual el rincón del campo que ocupe. Ante el Andorra lo hizo todo bien, hasta marcar un gol, y si no se hizo con el galardón de mejor jugador fue por la asistencia que dio Montiel en el segundo tanto (ambos comparten nota).

No se apea del notable el centrocampista balear, que acierta hasta cuando debe ceder el lanzamiento de un libre directo, caso del lanzado por Montiel y que acabó en gol ante el Andorra. De su mano ha crecido el equipo hasta el punto de que ahora mismo el Valladolid es Monchu, Juric y nueve más.

Hay debate en la redacción por considerarle un '10' que podría aportar más por detrás del delantero como enganche y que, sin embargo, pierde fuerza y amenaza pegado a la línea de cal. En cualquier caso tiene calidad suficiente para rendir en ambas posiciones, aunque de vez en cuando se le eche en falta una temporada con 7-8 goles en su haber por la capacidad que tiene para pisar área.

El día que marque, además de quitarse un gran peso de encima y romper el corsé con el que parece jugar por momentos, veremos probablemente al jugador que vino procedente del Chelsea y por el que tanto suspira su técnico en cada rueda de prensa. Kenedy tiene calidad suficiente para triunfar en este equipo y en esta categoría -el sombrero que dejó ante el Andorra es otro ejemplo de ello-, y ahora que está teniendo continuidad es cuestión de tiempo que lo demuestre.

Cobra sentido todo lo que hace en el campo, ya sea con balón o sin balón, y eso le confiere un plus especial ahora que Marcos André no termina de recuperarse de sus problemas físicos. Muchos eran los que desconfiaban de su aportación, el primero el que firma, y avalado por la fiabilidad de su juego no ha tardado en tapar bocas. Ante el Andorra también mereció irse con gol a la ducha -se le anuló uno desde la sala VOR con escuadra y cartabón-.

El entrenador:

Por fin hemos dejado de interpretar sus alineaciones, y ahora solo discutimos determinados matices que no son tan relevantes. Ante el Andorra clavó el once, incluida la titularidad de Montiel, y el matiz vino en el tramo final con un carrusel de cambios innecesario de todo punto puesto que solo contribuyó a crear más confusión en el campo.

También jugaron:

No se le puede pedir más en menos tiempo. Jugó hasta en tres posiciones distintas, acabó ocupando el lateral derecho por la lesión de Luis Pérez, y hasta pudo celebrar un gol en la clara ocasión de que dispuso actuando como segundo delantero.

Apenas participó del juego, en el tramo de mayor confusión del partido por la avalancha de cambios.

Le han pasado por izquierda y derecha Boyomo (22 años) y David Torres (20), y a día de hoy debe mejorar mucho sus prestaciones si quiere recuperar un sitio en la zaga. Partiendo desde el banquillo, cometió un penalti absurdo por saltar con el brazo abierto.

Participó algo menos de media hora y ya parece asumido que cuando salta al césped es para hacerlo por delante de Escudero como extremo izquierdo. Se mostró activo y llegó a línea de fondo en varias ocasiones.

Tuvo que jugar apenas un puñado de minutos por la lesión de Luis Pérez, y no participó en el juego prácticamente. Después de un inicio de curso fulgurante y esperanzador, ha quedado como un jugador residual.