Getafe vs Real Valladolid o la solidez defensiva como mandamiento

Getafe no es Cádiz, y si a la tacita de plata viajó con la premisa ineludible de dejar su portería a cero, el escenario apenas cuatro días después no se va a mover un solo milímetro. Primero por el rival, mucho más compacto pese a lo que pueda decir la clasificación. Y en segundo término, por los efectos colaterales que dejó la visita a Cádiz. Hasta allí voló con Guardila a medio gas, y los noventa minutos que estuvo en el campo le han pasado factura hasta el punto de que vuelve a ser duda. También lo son tanto Raúl Carnero como Orellana, con molestias físicas a raíz del empate labrado a cincel en el Carranza.

Como es sobradamente conocido que a una batalla con el Getafe no se puede ir a medio gas, el Real Valladolid acude esta tarde al Coliseum madrileño sensiblemente mermado y con un once lleno de dudas. De hecho Sergio, con las bajas confirmadas de Joaquín y Janko, esperará a ofrecer la convocatoria dos horas antes del partido.

Las dudas, por lo tanto, se anuncian de medio campo hacia adelante con un solo delantero sano, Weissman, y varios puestos por cubrir. Dudas que atienden a lo expuesto en la previa por el técnico, que últimamente se ha apuntado a las pistas falsas para intentar sacar partido de la confusión prepartido. En esa línea no se puede descartar la presencia de Marcos André, quien pese a sus problemas de pubalgia podría apurar si los dolores le remiten antes de pasar por el quirófano.

En caso de que el brasileño se levante hoy con dolores leves y el técnico decida incluirle en el once, el plan de partido sería el mismo que en Cádiz, con un 4-4-2 y los cinco sentidos pendientes en dejar a cero la portería de Masip. En caso contrario no parece probable que Sergio cuente con Guardiola, y se arriesgue por lo tanto a perder a otro delantero, por lo que se apostaría por un 4-2-3-1 con Weissman en punta y un media punta por detrás como Toni Villa.

El partido, que apunta a rocoso y extraordinariamente árido en los duelos individuales, invita a otras fórmulas mucho más conservadoras. Por ejemplo, a tres jugadores de contención como Alcaraz, San Emeterio y Roque Mesa al mismo tiempo en el campo o incluso a doble lateral en la izquierda con Nacho y Carnero si este último superara a tiempo sus molestias.

En cualquiera de las combinaciones posibles, el plan de partido pasa por no encajar por segundo partido consecutivo, y a partir de ahí construir para intentar llevar balones a Weissman con más garantías que los que le llegaron en Cádiz.

Ante el Getafe, al igual que cuatro días atrás, volverá a encontrarse a un equipo con muchas dificultades para hacer gol. De hecho después del Cádiz, con 11 tanto, y en compañía del Eibar, el equipo que dirige Bordalás es, con 12, el menos goleador del campeonato. Pese a haber perdido solo a Jorge Molina arriba, el cuadro azulón ya no cuenta con la pegada y eficacia exhibida en temporadas anteriores. Además de Jaime Mata y Ángel ha incorporado tanto a Cucho Hernández –baja por lesión esta tarde– como a Enes Ünal , y sin embargo el resultado ha empeorado sus números.

Con 17 puntos en la clasificación, solo dos más que el Real Valladolid, los de Bordalás llegan necesitados en un ambiente enrarecido por el pulso que mantienen entrenador y presidente desde el principio de temporada a costa de la falta de fichajes –en las últimas horas ha sonado Aleñá como refuerzo en el mercado de invierno– Problemas que ha ido esquivando con un juego irregular que le ha servido sin embargo para asomar la cabeza de los puestos de abajo tras ganar en Cádiz (0-2 ).

El propio Bordalás espera la mejor versión del Valladolid. «Es un equipo siempre difícil, con un magnífico entrenador que está haciendo las cosas muy bien que habría merecido algún resultado mucho mejor como la mayoría de equipos. En momentos difíciles ha sido capaz de ganar partidos», destaca el técnico.