Cenk Özkacar, este juevesjunto al estadio José Zorrilla José Carlos Castillo

Cenk Özkacar

Defensa central del Real Valladolid
«Tengo muchas ganas de mostrar quien soy»

El futbolista turco se considera «un trabajador» y admite que aún debe esforzarse «mucho más» para alcanzar su mejor nivel

Arturo Posada

Valladolid

Jueves, 19 de septiembre 2024, 20:30

Cenk Özkacar (Esmirna, Turquía, 2000) ha aterrizado en el Real Valladolid obligado a una adaptación exprés. El reto no le asusta. El central confia en sus posibilidades y en continuar con una gran progresión que se vio frenada en el Valencia.

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–Llegó al ... final del mercado y le tocó debutar ante el Barça cuando ya figuraba el 7-0 en el marcador. ¿Qué pensó?

–Yo siempre trato de hacer lo mismo, juegue un minuto o 90: dar el cien por cien para ayudar al equipo. Con esa mentalidad salí. Es verdad que el 7-0 fue un resultado muy doloroso para nosotros, pero yo lo que pensaba era en dejar buenas sensaciones en mi debut con el Real Valladolid.

–¿Había vivido algo similar en su carrera?

–Si no recuerdo mal, es la primera vez que mi equipo pierde por 7-0. No se trata de que yo estuviera jugando o no cuando nos marcaron en Barcelona. El resultado es responsabilidad de todos los futbolistas, de todo el equipo. Y mía también, aunque jugase cinco o diez minutos. Asumo la responsabilidad para que eso no vuelva a pasar. No vamos a permitirlo.

–Después llegó el partido ante el Celta. Usted aparece como titular junto a Cömert, con el que ya había jugado en el Valencia. ¿Cómo se fue encontrando durante el encuentro?

–Sí, con Cömert ya había jugado muchos partidos en el Valencia. Él se tuvo que retirar en el minuto 65, pero no dimos nuestra mejor versión ni fue nuestro mejor partido como pareja. En la primera parte nos faltó la intensidad que nos pide el míster. En la segunda mitad, salimos con más ganas y fe. Tuvimos oportunidades para empatar. Yo intento hacer mi trabajo y lo que me pide el entrenador, pero aún necesito tiempo, coger ritmo y adaptarme mejor al equipo. Debo trabajar muchísimo más. Mi rendimiento ante el Celta está muy lejos de mi mejor versión.

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–¿Recuerda un partido que jugó junto a Cömert con el Valencia en Zorrilla y que ganó el Real Valladolid con un gol de Larin?

–Sí, lo comentamos antes de que yo llegase aquí. Jugamos un partido bueno como equipo y también juntos atrás. Pero en el 91, Larin remató en el segundo palo. Me gusta este estadio. Antes no teníamos buenos recuerdos de Zorrilla, pero espero que a partir de ahora sí los tengamos.

–¿Qué diferencias encuentra entre la defensa de Rubén Baraja en el Valencia y la del Real Valladolid con Paulo Pezzolano?

–El míster nos pide mucha más intensidad aquí que en Valencia. Intentamos hacer presión alta y en el Valencia jugábamos con bloque medio o bajo. Hay que tener respeto por los entrenadores y por las ideas que tengan. Yo soy un jugador y debo adaptarme a lo que me pidan. Aquí tenemos más intensidad y estoy muy feliz con lo que me solicita el entrenador, así que voy a intentar hacerlo y dar el cien por cien.

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–La presión alta tiene sus riesgos si la línea no está bien coordinada… Es algo que aún debe ajustarse.

–Sí, la presión alta tiene más riesgos que jugar en bloque bajo, pero también ventajas. Si recuperas el balón, vas a estar más cerca de la portería rival. Por eso hay que asumir este riesgo, pero también trabajar atrás, para que cuando quedemos uno contra uno estemos más fuertes y ganar los duelos. Debemos mostrarnos más contundentes cuando nos quedemos tres contra tres o cuatro contra tres. Faltan cosas por mejorar: ser más fuertes como línea y también individualmente. Yo tengo que trabajar mucho más. Pero estamos en el buen camino.

–Sus dos primeros partidos con el Real Valladolid han sido fuera. Este sábado, el equipo vuelve a Zorrilla para medirse a la Real Sociedad. ¿Qué reacción espera del público?

–Tengo muchas ganas de jugar aquí. Estaba estos días pensando lo mismo: hemos jugado dos partidos fuera de casa. Si me toca jugar, será mi debut en Zorrilla. Espero un partido difícil porque la Real Sociedad llega con cuatro puntos en seis partidos. Vendrán con ganas, pero nosotros tenemos que sumar puntos otra vez y estar más fuertes que nunca en casa. Creo que la gente nos empujará y eso nos hará tener más gasolina en el campo. Confío en que juguemos un buen partido porque hemos trabajado duramente esta semana.

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–¿Qué ambiente ve en el vestuario tras estas derrotas?

–Algunos están preocupados porque el año pasado también se vivieron situaciones complicadas, pero se logró dar la vuelta para ir por el buen camino. No tengo dudas: el vestuario tiene ganas de revertir esta situación y que el equipo se muestre más fuerte para lograr puntos. Trabajamos más duro que nunca. La intensidad es muy alta y espero que podamos mostrar la reacción esta semana contra la Real Sociedad.

–¿Le dolió salir cedido del Valencia este verano y ver que no contaban con usted allí?

–Mi representante habló con el Valencia cuando acabó la temporada pasada. Por las dos partes pensamos que lo mejor era una salida. Si me hubiese quedado, no habría dispuesto de muchas oportunidades para sumar minutos. Tengo 23 años y busco estabilidad en mi carrera para jugar más. Yo también hablé con el entrenador [Rubén Baraja] y decidí venir aquí. Es importante para mí tener más confianza y jugar. Por este año cierro la puerta del Valencia y me centro cien por cien para estar concentrado y cumplir el objetivo con el Real Valladolid.

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–Supongo que mirará de reojo al Valencia, colista tras cinco jornadas… ¿Qué le llega de allí?

–Ellos van a intentar revertir una situación que también es complicada. Cuando estuve allí, vi que el equipo trabajaba bien. Creo que tienen mala suerte con el calendario, porque las primeras ocho o nueve semanas juegan contra rivales muy fuertes. No es fácil darle la vuelta a la situación cuando te mides a uno de estos equipos y luego a otro y a otro. Espero que puedan salir. Yo siempre creo que la solución es trabajar, trabajar y más trabajar.

Cenk, en la rampa de acceso a los Campos Anexos. José Carlos Castillo

–¿Le afectó quedarse fuera de la lista definitiva de la selección de Turquía para la Eurocopa?

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–Siempre trato de mirar el lado positivo en mi vida. Sí me dejó una sensación rara no estar en la Eurocopa, pero luego pensé que si hubiera ido, habría vuelto el 28-29 de agosto para empezar mi pretemporada. Y tenía que cambiar de equipo, con la adaptación necesaria para coger ritmo. Iba a ser más complicado. Sí, me dejó una sensación rara, pero también pienso que así puedo tener más estabilidad ahora. Eso me permitirá sumar minutos y tener la opción de volver más fuerte con mi selección.

–Todas estas situaciones le servirán como motivación para alcanzar su mejor nivel con el Real Valladolid…

–Este último año y medio he tenido una progresión más lenta. Antes, había estado jugando y progresando. Pero en Valencia, por la manera de jugar al fútbol, el ambiente allí, esa progresión se ha frenado. Esta es una buena oportunidad para crecer mucho y luchar por un objetivo en un equipo histórico. Tengo muchas ganas de mostrar quien soy.

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–Usted nació y se crió en Esmirna, Turquía. ¿Cómo empezó a jugar?

–Empecé rompiendo las ventanas de mi casa [ríe]. Metía cosas en un calcetín para convertirlo en una pelota y jugaba dentro... Mi hermano ya estaba en un equipo filial, en el Altinordu, y por eso yo empecé, con seis años, en la academia del mismo club. Un amigo de mi padre, que era entrenador en la cantera del Bucaspor, vino a verme. Jugué allí algunos partidos y volví al Altinordu. Con 14 años, me dijeron que no querían que siguiera porque no me veían futuro profesional. De allí pasé al Altay, donde fui profesional. Estuve hasta los 18-19 años. Jugué un año en otra ciudad cercana. Volví, jugué un año en Segunda y, a partir de ahí, empezó mi carrera en Europa en el Olympique de Lyon.

–¿Qué pasó con su hermano?

–Tomó una decisión muy buena a los 18 años. Le dijo a mi padre que quería dejar el fútbol y dedicarse a los estudios. Ahora lleva diez años trabajando en un ayuntamiento y está feliz, pero aún tiene confianza en su rendimiento… Me ayudó mucho. Él ya estaba trabajando cuando yo tenía 15 o 16 años. Con el dinero que ganaba siempre me compraba las botas que yo quería. Ha tenido un rol muy importante mi vida y es clave para que yo haya llegado a profesional. Él es mi único hermano. Ahora tiene 33 años y está en Turquía con el resto de mi familia.

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–¿En qué futbolista se fijaba más durante su periodo de formación?

–Con 14-15 años, mi ídolo era Raphaël Varane. Estaba jugando en el Real Madrid y me llamaba la atención su rapidez y lo bien perfilado que estaba siempre. Jugaba muy bien con balón y era agresivo sin él.

–¿Usted siempre ha jugado como defensa central?

–Entre los 10 y los 12 años me ponían como delantero por la izquierda. Con 13 años, me pasaron a extremo izquierdo. Con 14, extremo izquierdo pero también un poco como pivote izquierdo. Cada año iba hacia atrás en el campo. Entre los 14 y los 18, jugué mucho tiempo como lateral izquierdo. A partir de los 18, un entrenador empezó a utilizarme siempre como central. Así que ésa ha sido mi posición desde entonces. No quiero ir más hacia atrás porque acabaría como portero y luego ya fuera del campo [risas].

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–De lateral izquierdo ahora ya no se siente cómodo…

–He jugado nueve o diez partidos con la selección y todos han sido como lateral izquierdo. No es cómodo jugar fuera de tu posición, pero si un equipo o selección necesita que juegue ahí o en cualquier otro sitio, voy a coger la responsabilidad. No voy a decir que no quiero. Intentaré hacer lo que me pidan los entrenadores.

–¿Cuando llegó al Olympique de Lyon pensó que podría consolidarse allí o que tendría que salir cedido, como sucedió?

–Era mi primera experiencia en Europa. Entre mi nivel y el nivel de los jugadores del Olympique había mucha diferencia. Llegaba allí desde Segunda División. Ellos acababan de jugar semifinales de 'Champions'. Me pasaban por todos los lados. Además, empezó la pandemia de covid. Fue un año muy complicado en todos los sentidos. Era el quinto central. Sólo salí a jugar diez minutos en Copa. Quise irme cedido para progresar.

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–La primera cesión fue al Leuven belga. ¿Cómo la valora?

–Jugué casi todos los partidos. Todavía estoy en contacto con el entrenador de entonces, Marc Brys. Cambió mi carrera. Empecé con una actitud muy mala. Pensaba que llegaba del Olympique de Lyon y que era un jugador grande. El segundo día me llamó y me dijo que si seguía así, romperían la cesión. «No quiero a un jugador con esta actitud», me dijo. Acabé llorando en el vestuario, hablé con mi familia. Me había dado una hostia el segundo día, pero a partir de ahí cambié el chip. Entendí que debía estar más fuerte mentalmente y convertirme en un trabajador. Empecé a sumar muchos minutos con la selección sub 21 y en Bélgica fue un año espectacular. Mi meta es pasar este año en el Real Valladolid igual que pasé ese curso en Bélgica.

–Esa campaña resultó curiosa porque, además de sumar muchos minutos, marcó dos goles, algo que no había hecho ni ha vuelto a lograr en su carrera profesional. ¿Veremos goles de Cenk como blanquivioleta?

–Cuando sumas minutos y tienes estabilidad, funcionas como una máquina. Trabajas durante la semana y juegas partidos. En el campo, vas adquiriendo más responsabilidad. Eres central y primero defiendes. Pero luego intentas ayudar al equipo para ganar o empatar partidos. Sí, esta campaña espero hacer mis goles en LaLiga cuando me asiente.

–Antes hablaba de cómo se fue frenando su progresión en el Valencia. ¿Qué sucedió?

–Cuando llegué al Valencia, en 2022, el entrenador era Gennaro Gattuso. Su manera de jugar al fútbol me gustaba mucho. Estuve doce o trece semanas sin jugar, pero me encontraba feliz. Trabajar con él, aprender cosas dentro y fuera del campo… Entré un día contra el Mallorca y empecé a sumar muchos minutos. Jugué muy buenos partidos ante los grandes equipos en mi primer año en el Valencia. Cuando Gattuso se fue, la manera de jugar al fútbol cambió y todo era muy diferente. Para mí resultó complicado adaptarme. Por primera vez en mi vida, trabajaba con un entrenador con una idea de fútbol diferente a la mía. Puede pasar. Yo tengo mucho respeto por Rubén Baraja porque cada entrenador posee sus ideas. El año pasado hizo un trabajo de puta madre en Valencia y estuvimos cerca de Europa. Su trabajo fue muy bueno. Sin embargo, para progresar tengo que jugar como me gusta. Jugué un año y medio al fútbol, sí, pero no estaba disfrutando.

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–¿Cómo es Cenk Özkacar cuando sale del estadio?

–Me gusta quedarme en casa en mi tiempo libre. Llego aquí y trabajo antes y después del entrenamiento. No debería decirlo yo, pero me considero un trabajador. Me gusta trabajar. Cuando dejo la Ciudad Deportiva llego a casa y descanso mucho. Duermo la siesta. Me pongo el Normatec [presoterapia de recuperación]. Si ganamos, sí me gusta ir a un restaurante con amigos o compañeros, pero prefiero estar en casa tranquilo, leyendo libros y viendo series. Ahora estoy con Prison Break, en Netflix.

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