No sé cuando se dijo que el perro era el mejor amigo del hombre, pero es una de las grandes mentiras de la historia. De siempre el mejor amigo del hombre ha sido el chivo expiatorio. Y es que nos gusta buscar un culpable más ... que a un tonto una tiza. Siempre y cuando el culpable no seamos nosotros mismos, claro. Yo no soy distinto a los demás, así que supongo que también seré de esos, aunque con el tiempo he aprendido que es mejor buscar soluciones que culpables y que muchas veces decir «ha sido culpa mía» acompañado de una solución no sólo no te cierra puertas, sino que te las abre.
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Esta semana de crisis futbolística en lo que al Real Valladolid se refiere he escuchado multitud de tertulias y conversaciones debatiendo sobre quién es el culpable de la situación del Real Valladolid. Puede ser Miguel Ángel Gómez, puede ser Sergio González, también los jugadores e incluso Ronaldo según los autores de la desafortunada pancarta que apareció en Zorrilla a principios de esta semana.
Me hace gracia observar que para mucha gente hay un sólo culpable en un deporte de equipo. Antes Michel o Moyano, ahora Sergio. Os recomiendo ver el documental que emite Prime Vídeo sobre Carolina Marín para que veáis lo importante que es el equipo en un deporte individual. Y si lo es es bádminton imaginad lo importante que es el equipo en el fútbol. Es verdad que a veces un partido se inclina hacia un lado por un error individual o un acierto, pero a la larga lo que consigue objetivos es el equipo.
Casi siempre el culpable de una derrota o una victoria es el fútbol. No el hecho de jugar bien o mal, sino el fútbol. Como diría Bujadin Boskov «fútbol es fútbol». Y podríamos añadir todos los tópicos que queramos sobre el tamaño de los rivales o mirase a la cara en el vestuario. El caso es que el fútbol te coloca donde no te mereces muchas veces porque en los detalles está el diablo. Y de la misma forma que un opositor que no consigue la plaza a la que aspira se ha matado a estudiar e incluso ha hecho un buen examen, la realidad dice que otros lo han hecho mejor. Incluso alguien que haya estudiado menos se puede encontrar con que le ha tocado cantar el tema que mejor se sabía.
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No sé cuál es la solución a la situación actual, pero sé que Sergio no es el único culpable. Ni Miguel Ángel. Ni los jugadores. Ni Ronaldo. Ni la prensa. Ni siquiera los agoreros que insultan y sacan pancartas tristes y lamentables. El culpable es el fútbol. El fútbol es así
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