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Primero fue Luis Mariano Minguela (1980/81), más tarde vino César Esteban (91/92) y desde Asier Arranz (2009/10) no había vuelto a vestir un segoviano de blanquivioleta en Primera División. El debut de Jorge de Frutos con el Real ... Valladolid, único jugador de la comunidad con ficha del primer equipo, aporta un dato a la historia del club pero también lanza un guiño y abre una ventana a todos esos niños que viven en la España vaciada, alejados del césped natural de los estadios de fútbol.
De Frutos nació en un pueblo de 91 habitantes (Navares de Enmedio, Segovia, 1997) y desde que abandonara la provincia (CD Sepúlveda y CD Cantalejo), solo ha tardado cuatro años en hacer cumbre en la máxima categoría del fútbol español, la que llaman la mejor liga del mundo.
El suyo, eso sí, es un caso atípico. Sin fútbol que practicar en varios kilómetros a la redonda, tuvo que ser el padre de un buen amigo, José Ricardo, quien alimentara su pasión por el balón. «Organizaba los campeonatos de fútbol sala y como tenía una furgoneta nos llevaba a jugar. Es como empecé en esto. Gracias a Richard estoy aquí y se lo voy a agradecer siempre porque cuando no teníamos donde jugar, él nos llevaba a jugar a pueblos que ni siquiera sabíamos que existían», reconoce hoy.
–De Sepúlveda a Cantalejo, de Majadahonda al Castilla, y de Segunda B a Primera sin respiro ni tiempo para un rodaje previo. ¿No le da vértigo?
–La verdad es que está yendo todo demasiado rápido. Al final jugar en Cantalejo es jugar en el pueblo para pasártelo bien y divertirte, y en poco tiempo pasas a hacerlo con otros objetivos. No es que empezara a entrenar en tierra pero sí que se entrenaba muy poco y el salto al Juvenil del Majadahonda fue grande.
–Hábleme de esos primeros pasos.
–Pues empiezo a notar el cambio cuando voy al División de Honor del Majadahonda porque yo apenas entrenaba un día por semana y pasar a hacerlo toda la semana me costó bastante. Desde ahí tuve la suerte de subir al primer equipo al año siguiente, y en dos años conseguimos el ascenso.
–¿Cómo se explica el caso de un chaval sin medios que empieza a jugar en edad cadete y crece tan rápido sin apenas entrenamiento?
–Es verdad que los que empiezan desde muy pequeños a jugar a fútbol lo hacen con una base y lo tienen un poco más fácil. El mío es un caso excepcional que puede servir de referencia a los que estén en mi misma situación. Una excepción y un ejemplo de que si te propones algo lo puedes conseguir.
–¿Y cuando se propone jugar al fútbol por primera vez?
–En el frontón del pueblo de pequeño, yo creo que para no tener que ayudar a mis padres en el bar. Me escaqueaba un poco y me iba a jugar.
–Sin antecedentes familiares, alguna referencia tendría.
–El mismo bar. Allí se juntaba la gente y allí veía todos los partidos que podía. El fútbol siempre me ha gustado desde bien pequeño y por eso estoy tan contento de poder ir cumpliendo sueños ahora.
–Tampoco hay muchos antecedentes en Segovia...
–Creo que desde Minguela hace diez años no ha habido más segovianos en la máxima categoría, así que para mí es un doble motivo de orgullo. Siempre he jugado contra la Gimnástica pero nunca he podido vestir su camiseta, de hecho cuando fui a hacer las pruebas a Majadahonda si no hubiera cuajado me hubiera ido a hacer las pruebas a la Segoviana.
–El Real Madrid pagó 100.000 euros al Majadahonda para incorporarle al Castilla y adelantarse así al Atleti. ¿No le recomendó ir al Atleti su agente, Juanma López?
–No supe nada del Atleti y la verdad es que cuando me llamaron del Real Madrid no me lo pensé dos veces.
–¿Se hace duro abandonar el entorno familiar?
–Fue un poco duro aunque menos porque mi primer año en Madrid estuve en casa de mi tía y eso me ayudó bastante. Luego el segundo estuve con un amigo en un piso compartido y después ya con mi novia.
–El año pasado llegó a subir algún día para entrenar con el primer equipo, entonces dirigido por Solari. ¿Qué sensación le causó?
–La verdad es que lo que se vive en la Ciudad Deportiva de Valdebebas es increíble. No he visto nunca unas instalaciones mejores. Al jugador te lo hace todo más fácil.
–Eran tiempos complicados en el Real Madrid.
–Bueno, al final yo estaba centrado en lo que teníamos con el Castilla y tampoco te fijabas mucho en otras cosas. Entrenar con el primer equipo del Madrid es un sueño y cada vez que nos llamaban íbamos con mucha ilusión.
–El salto más grande lo ha dado este verano, de Segunda B a Primera. ¿Con qué se queda en estos primeros meses en la elite?
–El salto es grandísimo un poco por todo en general. La calidad de los jugadores, la velocidad del balón,... es muy diferente a Segunda B y por eso me ha costado adaptarme aunque poco a poco lo estoy consiguiendo.
–¿Dio muchas vueltas a la propuesta del Valladolid o la decisión fue rápida?
–La verdad es que cuando me hablaron del Valladolid no lo pensé mucho porque está cerca de casa y de la familia. Ya me pasó cuando estuve en Madrid, me gusta estar cerca de mis padres. Aunque había alguna otra oferta, no tuve muchas dudas en decidirme.
–Si tuviera que quedarse con algo que ha aprendido en estos dos meses en Primera...
–Sobre todo una de las indicaciones del míster, que me insiste mucho en que me meta más por dentro cuando yo siempre he estado pegado a la banda. Creo que estoy mejorando mucho en ese juego interior. Es un juego más combinativo y de toque y me estoy encontrando mejor con el paso de los días.
–¿Tiene ahora más responsabilidades que las que le concede su posición habitual en el campo?
–Al ser más rápido el juego también te obliga a pensar antes las decisiones que tomas. También tienes que pensar en ayudar en defensa porque los rivales son mejores.
–Después de diez jornadas, ¿qué balance hace de la Primera División esta temporada?
–Veo una liga muy reñida, en la que hacer un gol es muy complicado pero la verdad es que estamos consiguiendo puntos y creo que cuando empiecen a entrar vamos a sumar de tres en tres.
–Reconoció en su debut en San Mamés que lo pasó mal al principio por los nervios, ¿el paso de los partidos le va a ayudar a soltarse o cree que todavía está en pleno proceso de adaptación a la categoría y al estilo de este Real Valladolid?
–Al final no te quitas todo el peso de encima en veinte minutos. Pero estoy entrenando bien y ahora se trata de aprovechar la oportunidad cuando llegue.
–¿Qué papel cree que va a tener en el equipo y en el esquema de Sergio?
–Estoy tranquilo y en ese sentido mi objetivo es seguir entrenando como lo estoy haciendo ahora. Es el míster el que se tiene que comer la cabeza. El papel que me dé voy a estar contento porque para mí ya es un sueño estar aquí. Hay que ir paso a paso porque esto es muy largo.
–¿Se plantea objetivos a largo plazo?
–No, pienso en el día a día y lo que llegue ya lo afrontaremos.
–¿Quién es el jugador de la plantilla que más le ha sorprendido?
–La verdad es que entrenar con un equipo de Primera es increíble y todos tienen mucha calidad.
–Si algo le caracteriza es su desborde en velocidad y capacidad para desequilibrar. ¿Trabaja esa punta de velocidad?
–Es innato. Desde muy pequeño en el colegio cuando había carreras en fin de curso las ganaba todas. No lo he entrenado.
–¿Cuál es su marca en los cien?
–No lo sé, la verdad. Nunca lo he comprobado.
–Con los espacios que siempre ofrece un campo como el Nou Camp, puede ser una buena oportunidad para explotar esa punta de velocidad. ¿Lo ve así?
–¡Ojalá! Aunque para mí ya es un sueño jugar en cualquier campo de Primera.
–Usted es madridista, no habrá problema en celebrar un gol en Barcelona imagino...
–(sonríe) Sí, soy madridista desde muy pequeño y por supuesto que no habrá ningún problema.
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