Fresneda hace estiramientos en la breve sesión realizada en la tarde de este lunes en los Anexos. Alberto Mingueza
Real Valladolid

Fresneda: el caso del adolescente normal cuya irrupción sorprende al planeta fútbol

El lateral madrileño, mayor de edad desde el pasado mes de septiembre, cumplió en Mallorca su décimo partido con el primer equipo, octavo en Primera

Jesús Domínguez

Valladolid

Martes, 10 de enero 2023, 00:15

A menudo en el mundo del fútbol se utiliza el adjetivo 'normal' para definir lo que, más bien, no lo parece. Cuando se habla de que esta o aquella persona son «normales» se pretende destacar que parece una anormalidad que sean como cualquier otro individuo. ... Sucede algo curioso, y es que cualquier cotidianidad es resaltado como refuerzo. En el caso de Iván Fresneda, adolescente 'normal', a pesar de llevar diez partidos con el primer equipo del Real Valladolid cuando apenas ha cumplido 18 años, lo que se destaca de él es que siga durmiendo en la Residencia de Jóvenes Jugadores, que continúe siendo uno más rodeado del resto de chicos de su edad, que hace poco empezase sus estudios universitarios y que se sacase el carnet de conducir.

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Y realmente es verdad: lo normal es que un chico de su edad haga todo eso. No resulta un exceso paternalista destacarlo, viene a ser una forma de decir que, a pesar de todo lo que le rodea, sus pies continúan en el suelo. Firmes. Así pisa con una madurez, esta sí, impropia de lo que refleja su DNI. Con un temple que padeció Vinicius, quien hizo la croqueta en el suelo después de caer ante él, en una de tantas bonitas disputas futbolísticas que dirimieron al enfrentarse. Cuando lo hizo, el brasileño se encontró con un rostro impávido: Fresneda le miró y le dejó rodar; ya dicen que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Con Copete en Mallorca hizo algo semejante: el central levantó la barbilla, desafiante, después de que el lateral porfiase y le ganase la partida en lo físico –como tantas veces ante tantos–. Ni se inmutó; sacó de banda y a otra cosa.

La naturalidad en esos instantes es la misma que le ha acompañado desde que llegó a Valladolid en el verano de 2020, un momento marcado por la casi clandestinidad de las competiciones que se jugaban a puerta cerrada. Por ello, empezó en Los Anexos prácticamente de incógnito, como un juvenil que estrenaba condición y categoría. Hace exactamente dos años, sin ir más lejos, era titular a las órdenes de Julio Baptista en el División de Honor, un equipo en el que no siempre lo fue debido a la presencia de Iker Pérez, más tarde, adelantado por la derecha. El nivel del equipo fue bueno, tanto, que fue campeón en la primera fase y solo se vio superado en la segunda por Real Madrid y Atlético de Madrid. El llegado del Leganés se coció a fuego lento, aunque cumplió de tal modo que en verano Pablo Amo, seleccionador sub'18, pensó ya en convocarle de cara a una serie de amistosos contra varios países de nivel. En primer término, no lo hizo. De primeras, la temporada 2020-21 la desarrollaría sin saltar de categoría.

Apenas aterrizado en los Anexos en el año 2020 ya fue convocado para la selección sub-18 por Pablo Amo

El ojo de Pacheta

Casi semanalmente desde que llegó, Pacheta asistió a partidos de la cantera y pidió poder poner en práctica el plan del siguiente partido en una simulación de uno. Como el Promesas no siempre se ejercita en los Anexos, el Juvenil A de Borja Fernández solía ser el de los ensayos. En estos, a Pacheta le llamó poderosamente la atención el lateral derecho, que, fuerte, no se arrugaba, que interpretaba bien lo que debía hacer en defensa y, además, se proyectaba con decisión. Cuando los problemas físicos acuciaron, y mientras Janko tenía la Copa de África en el horizonte, a pocos dentro del club les sorprendió la apuesta por Fresneda; menos cuando ni Apa ni el fichado Lucas Rosa estaban especialmente atinados en el Promesas. Lo demás, podría decirse, ya es historia.

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La Noche de Reyes de hace un año deparó la visita del Real Betis, a la postre, finalista copero, y sí, Pacheta se atrevió (como luego ha hecho con varios canteranos más) a poner al 'niño', a quien no le impresionaron ni Borja Iglesias ni Nabil Fekir y que se convirtió en el segundo jugador más joven de la historia del club, solo por detrás de Luis Miguel Gail. Tres días después volvió al carril diestro, ante el Burgos en Liga. Cabía esperar que no fuera su última aparición, por más que haya siempre algún descreído. El curso lo completó con el Promesas, con el que debutó después que con el primer equipo por esas cosas del fútbol. Baptista, al contrario que Pacheta, tenía laterales y no lo había necesitado. Una vez volvió a tenerlo a sus órdenes, se hizo indispensable.

A Pacheta le llamó la atención estando a las órdenes de Borja, y le hizo debutar en Copa ante el Betis

En verano se produjo la primera gran batalla por el chico normal, el que aprobó la PAU antes de poder sacarse el carnet de conducir. El Atlético de Madrid apretaba hasta el punto de que había quien creía que jugaría allí esta temporada, pero el Real Valladolid se había guardado una carta que a orillas del Manzanares no tenían: el asiento en el primer equipo sería suyo. No lo iba a ser de boquilla; no como otras veces en las que se apunta que el canterano tiene que empezar como uno más, rodeado de profesionales, y luego ya se verá. Cuando estaba cerca de renovar –estuvo cerca durante meses– una persona de dentro de las oficinas apuntó que «el que ocupaba su sitio ya no está», clara referencia a la marcha de Saidy Janko. Muchos pensaron «ya veremos, que el verano es largo». Cuando este acabó, Fresneda estaba allí, como uno más. Más o menos.

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El Atleti ya le tentó en verano y ahora el club espera hacer caja por el interés que ha despertado en clubes europeos

El matiz no se relaciona con Pacheta, clave en su presente y en su futuro, ni con el club, sino con lo no tan normal de su caso. Desde su compañero Sergio Asenjo no irrumpía con tanta fuerza un adolescente en el primer equipo blanquivioleta. Como la del palentino, su rutilante aparición en la élite no ha pasado desapercibida para nadie: le han bastado ocho partidos en Primera División (en realidad, menos) para ser una de las grandes sorpresas de la categoría hasta la fecha; quizás, por edad, la mayor de la temporada, ya que ni Rodrigo Riquelme, ni Arnau Martínez, ni Alejandro Balde y ni tan siquiera Pablo Barrios, último en salir a escena, son tan jóvenes como el chaval de 'La Resi', el normal que aprobó la PAU, cursa estudios universitarios y brilla en Primera cada vez que tiene la ocasión.

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