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Nacido para triunfar en el FC Barcelona. Esa podría ser, a bote pronto -a falta de ver cuántos títulos es capaz de ganar con la camiseta blaugrana- la frase que podría describir los primeros meses de Frenkie De Jong en el conjunto catalán y las ... sensaciones que ha dejado tras convertirse en un fijo para Ernesto Valverde. Bajo el mando del técnico vasco, el futbolista holandés (nacido en la localidad de Arkel el 12 de mayo de 1997) ha participado en los doce encuentros que ha disputado su equipo y solo en uno de ellos no ha formado parte del once inicial.
El perfil de futbolista que representa el internacional orange es de los que enamoran a la afición, y más aún a una como la blaugrana, acostumbrada a paladear los mejores talentos y un juego combinativo del más alto nivel. De Jong suma a su obsesión por ser cada día mejor mediocentro (revisa sus partidos y pide vídeos sobre sus errores a los analistas del club y cada semana analiza los encuentros de su siguiente rival) unas cualidades técnicas y tácticas que casan a la perfección con el espíritu que el Barça intenta imprimir a toda su estructura, desde los conjuntos de La Masía hasta el primer equipo. En los nueve partidos de liga que han jugado los blaugranas, De Jong mantiene un espectacular 92,5% de pases acertados pese a ser el jugador que más contacto tiene con el balón después de los centrales Piqué y Lenglet. Además es, tras Sergi Roberto, el segundo que más pelotas recupera y el mediocentro que más faltas comete.
Pese a todo, él sabe que aún tiene margen de mejora y aunque este cúmulo de datos positivos le ha permitido desplazar a Rakitic al banquillo, reconoce que su deber principal es el de mejorar su acierto de cara a portería. Es su cuenta pendiente, porque solo ha anotado cinco goles en sus 92 partidos como profesional, y es algo que se tiene muy en cuenta en un conjunto con recursos tan variados como el Barça.
Considerado desde hace tiempo una de las perlas de la siempre productiva cantera holandesa de mediocentros, el Ajax lo firmó de la base del Willem II en 2015 a cambio de algo más de 10 millones de euros pese a que por aquél entonces acaba de cumplir los 18 años, pero la inversión se terminó por revelar como espectacularmente acertada. Tres temporadas y media después y tras haber firmado una campaña casi perfecta con el equipo de Ámsterdam en la Liga de Campeones, con el que llegó hasta semifinales del torneo tras dejar en octavos en la cuenta al Real Madrid con un inolvidable 1-4 en el Santiago Bernabéu, el Barcelona pagó por él 85 millones, ganando en la puja a otros grandes de Europa como la Juventus de Turín (que se hizo con su compañero Matthijs De Ligt) o el Manchester United.
Tanto le querían en la ciudad condal y tan complicadas fueron las negociaciones que, según el representante de De Jong, el entonces manager general del equipo azulgrana, Pep Segura, lloró de emoción cuando se firmaron los documentos. Eso ocurrió en el mes de enero y De Jong correspondió a las expectativas llegando en verano a la pretemporada de su nueva plantilla con el juego del equipo estudiado a fondo y con los movimientos que se le exigen a un jugador de su posición memorizados al detalle. Algunos dicen que podría ser el mejor jugador blaugrana de la próxima década pero eso aún es mucho pronosticar; por su trabajo parece que no va a quedar.
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