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Desde los Anexos ·
La ausencia de los responsables institucionales del Real Valladolid en la despedida de Suárez es inexplicableResulta muy llamativo, muy soprendente, que en la despedida de Carlos Suárez no estuviera presente nadie de la cúpula directiva del Real Valladolid. Ni Ronaldo ni Espinar ni Fenaert. Lo del propietario entra dentro de lo lógico dada la política de presencias en Valladolid que ... lleva el brasileño, pero ni encuentro ni hallo explicación racional a la del jefe del Gabinete de la Presidencia y a la del nuevo consejero delegado. Es impropio. El que se va no es un cualquiera, es el segundo máximo accionista del club. Y eso merece, desde la institución, un respeto. Es claro que Espinar y Fenaert están en el club porque les ha puesto Ronaldo, no Suárez, pero si el expresidente hubiera decidido vender a la oferta que más le beneficiaba económicamente, ninguno de los dos estaría por estos lares. Tuvieron suerte y Suárez llegó a un acuerdo con quien consideraba que iba a aportar más al Real Valladolid SAD. Solo por ese detalle de generosidad tan inhabitual merecía el nuevo presidente de honor que los que le van a sustituir en el día a día de la entidad estuvieran presentes.
En los momentos de las despedidas es donde mejor se aprecia y percibe la grandeza de las personas. De los que se van y de los que se quedan. Los primeros suelen pasarlo mal y sufrir por mucha sonrisa que muestren; los segundos tienen solo que estar, apoyar, ayudar. No se les pide más.
El Real Valladolid, los que lo controlan y deciden, han despedido de manera poco elegante a una persona que ha estado 18 al frente de la entidad. Se podrá argumentar que Suárez solicitó que no le acompañara nadie. Y quizá haya sido así. Pero lo que es seguro es que no reclamó que hicieran mutis por el foro.
Incluso se podrá decir que era el momento de Suárez y que ninguna otra presencia debía restarle protagonismo., pero hay ausencias que son un grito tan potente, un alarido tan extemporáneo, que acallan casi todas las palabras.
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