Forjar el carácter

Siendo Rafa aún un crío, Toni le enseñó dos listas de jugadores. En una de ellas había un montón de tenistas desconocidos y en la otra figuraban nombres como Costa, Moyá o Corretja. Los jugadores de ambas listas habían sido campeones de España a la edad que tenía Rafa, pero mientras los de la primera lista no habían llegado a nada, los de la segunda eran en ese momento Top ten. ¿Cuál era entonces la diferencia? El carácter, el esfuerzo y la disciplina.

Recuerdo hace dos temporadas en nuestro retorno a la primera división que empezamos mal. Sin marcar goles en las primeras jornadas y lógicamente sin ganar un partido. Y así nos presentamos en Balaídos. Minuto nueve y ya perdíamos por dos goles a cero con tantos de Aspas y Maxi. Se daba todo para acabar goleados.

Pero salió el carácter del equipo que ascendió la temporada anterior cuando pocos contábamos con ello. Y marcamos un gol. Nos metemos en el partido y hubo ratos de un gran fútbol con varias ocasiones. Pero llegó el 3-1 a los diez minutos de la reanudación. Estocada hasta donde pone Toledo y a morir en las tablas, pensé en ese momento. Pero no. Conseguimos el segundo y en el noventa y cuatro el empate a tres con gol de Leo Suárez. Por carácter. Con las tres bes que diría el torero. Balor, boluntad y buevos.

Quizá sea pretencioso pensar que los jugadores lean esto y haga el efecto que tuvo el discurso de Al Pacino en «Un domingo cualquiera». No lo parece, lo es. Pero me gustaría que lo leyeran y que sepan que por encima del talento, que para mi lo tienen, está el carácter y la actitud. No la actitud de salir al campo de paseo. Eso sé que no es así. Actitud y carácter ganadores. Ser como Puyol y no cómo Guti. Ser como Nadal, que como decía su tío Toni sabía que una excusa nunca le hizo ganar un partido.