«Anteponía al espectáculo el triunfo de mi equipo... el Real Valladolid», con esta frase y una imagen de su autor recibió este martes a los jugadores blanquivioletas el Fondo Norte del estadio José Zorrilla. El escritor vallisoletano Miguel Delibes, fiel aficionado y defensor de los colores de su ciudad, hubiese estado orgulloso de los futbolistas por su gran labor frente al actual campeón de Liga.
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Como bien puntuó Alberto Bustos, concejal de Participación Ciudadana y Deportes del Ayuntamiento de Valladolid, en su cuenta de Twitter: «No sé si hay muchos casos, en algún estadio del mundo, como el que ayer se dio en Valladolid. La grada de animación, los organizadores de 'tifos' mostrando una imagen gigante de un escritor. Miguel Delibes, nada menos. Así somos en Valladolid». Pocas pancartas como esta, por no decir ninguna, se pueden vislumbrar en el mundo del fútbol; pero el peso literario que carga a sus espaldas esta ciudad es digno de homenaje.
La idea nació a raíz del Centenario del nacimiento del escritor, se empezó a materializar hace un mes con la participación de aproximadamente quince personas y cerca de setenta horas repartidas en las últimas semanas. «Nos encanta dar color al estadio y era conveniente porque el equipo necesita el apoyo de la gente. Esto quedará en el recuerdo», relataba uno de los promotores de la ida en un vídeo que se puede ver en redes sociales.
Los aficionados blanquivioletas del fondo de animación quisieron apoyar a su equipo ante la situación frenética de vida o muerte a la que se enfrentan, antes de comenzar el partido frente al Barcelona. Que mejor manera de transmitir ese aliento que con la imagen de una figura histórica de Valladolid y sus palabras de hincha por encima de aficionado a este deporte.
La afición del Valladolid estuvo un día más al pie del cañón alentando a sus jugadores, cifrando la tercera mejor entrada de la temporada (22.341 espectadores). Sin embargo, el ambiente de Zorrilla estuvo enrarecido prácticamente todo el encuentro, a excepción de ciertos momentos en los que las voces locales se hacían notar. Bien por el miedo a que el Barcelona revertiese el marcador, por el enfado con sus jugadores por el juego ofrecido en los últimos partidos o por el descontento con las actuaciones arbitrales... Zorrilla apoyó a su equipo, pero no fue una caldera.
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Tras la aparición del mosaico de Delibes en el Fondo Norte, toda la grada se empañó de negro durante el primer minuto de partido, con el reflejo de las más de 23.000 bolsas negras que se repartieron en la entrada. El club quiso dar la cara por los colores de toda una ciudad y mostrar su enfado contra los árbitros y contra el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas.
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