J. C. Cristóbal
Sábado, 19 de octubre 2024, 19:59
El Promesas redondeó un gran fin de semana del fútbol blanquivioleta. De alguna manera, ya empezó ganando el sábado con el debut como titular de Chasco en Mendizorroza y con el concurso de cinco jugadores que han pasado por sus filas en el 2-3 al Alavés. Faltaba refrendarlo al día siguiente en un partido difícil contra un rival que llegó a Valladolid con la etiqueta de segundo clasificado del grupo.
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Y los chicos de Álvaro Rubio aprobaron con muy buena nota, un sobresaliente que puede convertirse en matrícula de honor si el resultado tiene su continuidad en próximas jornadas. El examen de estadística, ese en que los cronistas rellenamos un folio con datos que sirvan de referencia, acabó con la hoja hecha una pelota en dirección a la papelera. Para nada valió el saber que el Promesas no conocía la victoria en casa esta temporada, ni que el Avilés siempre había ganado en sus visitas al filial, cinco de cinco, incluidas las de las últimas dos temporadas; el filial prefirió quedarse con la de encadenar cinco jornadas sin perder y refrendar en los Anexos las rentas conquistadas en Escobedo y Guijuelo.
Valladolid Promesas
Aceves; Koke, Iago Parente (Adri Gómez, min. 58), Gabriel Rodríguez, Hugo San; Verde, Frimpong; Xavi Moreno (Rulo, min. 78), Ivorra (Ortuño, min. 78), Sergi Esteban (Neira, min. 72); y Delgado (Arnu, min. 58).
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Real Avilés
Álvaro; Soler (Éric Callis, min. 46), Luis Martínez (Julio, min. 73), Babin, Osky; Alarcón, Josín, Bautista (Macías, min. 80), Davo; Natalio (Nico Fernández, min. 72) y Javi Cueto (Sergio García, min. 46)
Árbitro: De la Mata Martínez, madrileño. Amarillas a Iago Parente; Natalio y Luis Martínez.
Goles: 1-0 (min. 10): Frimpong. 2-0 (min. 33): Xavi Moreno. 3-0 (min. 53): Verde de penalti. 4-0 (min. 61): Xavi Moreno.
Incidencias: Anexos. Jornada 8ª en el grupo I de RFEF. Muy buena entrada. Tarde ventosa y con amago de llovizna
Claro que todo es más fácil si la moneda cae de cara en la primera jugada. Si los defensas del Avilés fueran aficionados al western, que quizá lo sean, sabrían que nunca se debe dar la mano a un pistolero zurdo, y llevado este ejemplo al mundo del fútbol, nunca des un metro a un cañonero en el balcón del área; tampoco valoraron dos de las mejores virtudes del Promesas, la llegada en segunda línea de Frimpong y la diagonal en busca del mejor ángulo de Xavi Moreno. También es verdad que no siempre los zurdazos desde fuera del área encuentran la escuadra de la portería, y hacia allí dirigió la mirada el portero Álvaro Fernández, como si buscara la gatera por la que entraron los dos misiles que elevaron el 2-0 en el marcador a la media hora de juego.
El Avilés respondió bien al 1-0, con un cabezazo del eterno Babin (con pasado en Primera con las camisetas del Granada y el Sporting) que atajó bien Aceves, cogió las riendas sin poner una red de seguridad en la zaga y por las rendijas entraron los avances blanquivioleta como un vendaval. Una buena conexión entre Koke y Frimpong acabó con un tiro de Ivorra contra la parte externa del poste y, poco después, el botín izquierdo de Xavi Moreno hizo diana con el 2-0. Pim pam y la grada de los Anexos que se rompía las manos de aplaudir, hasta se puso en pie con un avance de Sergi Esteban, con sotana incluida, que acabó en falta de impotencia al borde del área. Para entonces, los chicos del filial jugaban gustándose en el espejo.
El entrenador del Avilés movió ficha en el descanso sin tiempo para ver su efecto. Josín le entró con imprudencia en el área al Delgado y el árbitro no necesitó el VAR para pitar un penalti de manual. Verde no falló y el Industrial bajó los brazos y solo dejó en alto la bandera blanca de rendición. Dejó las ventanas abiertas de casa y el Promesas entró sin necesidad de pedir permiso; Arnu, que acababa de saltar al césped, descargó a la banda, Xavi Moreno ganó la carrera, encaró al portero y tuvo calma para firmar por bajo el 4-0. Está de dulce el lateral izquierda que parece encontrar su mejor hábitat en el extremo derecho. Las cosas del fútbol.
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Todavía faltaba media hora y el filial estuvo a punto de alcanzar la manita. No fue porque no lo intentara, pero sí faltó ese punto de tensión que se pierde cuando la victoria o el empate dependen de ese remate. Neira lo intentó con una pinzadita sobre el portero, Hugo San se llenó de balón al recoger el rechace del meta avilesino y a Arnu le falta una talla de pie para llegar al buen centro de Koke. Tampoco importó, el gran partido del Promesas no necesitaba la guinda del quinto.
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