Fallece Deliciano Rueda, durante muchos años 'presidente' del Promesas

Deja atrás una honda huella en el fútbol de base de la ciudad por el mimo que siempre dedicó a todos los jugadores de cantera, especialmente a todos aquellos que han desfilado por el filial como puente hacia el primer equipo. Tal era su entusiasmo y cariño con todo lo que rodeaba a la cantera que durante muchos años, más concretamente los relativos al mandato de Carlos Suárez, que durante muchos años fue considerado el 'presidente' del Valladolid Promesas ya que ejercía de jefe de expedición en sus viajes y de anfitrión para las directivas rivales cuando se jugaba en los Anexos.

Más allá de su pasión por el fútbol de formación, Deliciano Rueda llegó a presentar su candidatura para presidir el club en el año 90, cediendo en su empeño tras la victoria en las elecciones de Gonzalo Gonzalo. Pese a ello, dio entonces un paso a un lado para después seguir vinculado en otras tantas directivas ligadas a la figura de Andrés Martín, Marcos Fernández, Ángel Fernández o el propio Carlos Suárez. No en vano, su figura fue clave junto a otros tantos empresarios de la ciudad en la conversión del club en Sociedad Anónima. Se acordó, entonces, la concesión de un crédito mancomunado por valor de 500 millones de pesetas, 50 millones por cada uno de los empresarios, y se dio paso a un Plan de Saneamiento que salvó y garantizó una estabilidad al futuro del Real Valladolid.

En aquellas reuniones con el alcalde de la ciudad había 32 avalistas, y de ellas nació una Comisión Gestora compuesta por los doce miembros más antiguos. Allí estaba Deliciano Rueda, empresario al frente de Volquetes Rueda que dio un paso adelante, junto a Marcos Fernández, Luis Real, Jesús Zarzuela, José Luis González, Ángel Chamoso, Eduardo López, Ulpiano González, Alfonso Díez, Ángel Lorenzo, y Emilio Córdoba. A ellos se unirían posteriormente, sin ser avalistas, José Berbel, Ramón Criado y César Lomas por la experiencia que aportaban, en una etapa en la que Andrés Martín asumió los mandos y el sillón presidencial.

En los últimos tiempos, concretamente desde el traspaso de poderes de Carlos Suárez a Ronaldo Nazário, Deliciano había perdido el contacto más directo con la actualidad del club y su relación se limitaba a los partidos del primer equipo como un aficionado más en la grada de Zorrilla.