El Extremadura, de la Primera RFEF, a un paso de la desaparición

La jueza del Juzgado de lo Mercantil de Badajoz hizo público ayer el auto de liquidación del club después de no aprobar el convenio al que se llegó en la junta de acreedores. Así, la jueza declaró «disuelta la mercantil Extremadura UD SAD» en el fallo que se dio a conocer.

El club entra así en fase de liquidación. La jueza estima que no ha llegado la inversión prometida por el grupo Emirates Khalifa Capital y que por lo tanto el convenido de la junta de acreedores no es viable. El Extremadura no puede hacer frente a las deudas y su desaparición como entidad ya es una realidad que se podría confirmar en los próximos días, siempre y cuando el club no levante una vez más una situación adversa, aunque esta vez es demasiado grave.

El dictamen de la jueza no es definitivo y ese es el clavo ardiendo al que se agarra el Extremadura en este proceso. O más bien el grupo inversor que quiere adquirir el club, que no ceja en su empeño en sacar la situación adelante. Ante el fallo de la jueza cabe recurso de apelación, en los próximos cinco días, por lo que todo el proceso se dilatará en el tiempo.

Así, el Extremadura UD presentará esas alegaciones, sobre todo por parte del grupo inversor. Javier Páez y Daniel Moreno, cabezas visibles de ese grupo, van a intentar solucionar la papeleta, aunque todo depende del dinero que ingresen.

El acuerdo con Khalifa Capital reflejaba que el club iba a ingresar 3,5 millones de euros. Esta cifra sería la necesaria para hacer frente a la deuda más inmediata del club, es decir, al crédito masa. Esa cifra está lejana a lo que podría aportar el nuevo grupo inversor, que sigue manteniendo reuniones con las administraciones públicas y con AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) para intentar rebajar la deuda y que no tengan que ingresar tanto dinero a las primeras de cambio.

Además, el auto de la jueza también refleja que quedan «en suspenso durante la fase de liquidación las facultades de administración y disposición del concursado sobre su patrimonio». Es decir, que el presidente del club, Manuel Franganillo, no puede hacer ningún movimiento en el club, ya que eso le corresponde ahora al administrador concursal, Bernardo Silva. Por lo tanto, la directiva se ha quedado sin margen de maniobra y sin opción a hacer ningún movimiento en la entidad azulgrana, que ahora está en otras manos.

Y mientras que la afición sufre este nuevo proceso, en el club se guarda silencio. No ha habido ningún comunicado ni ninguna declaración pública para salir al paso de esta nueva noticia que ha agitado el día a día del fútbol en Almendralejo. Desde el club esperan que esto no sea el principio del fin del Extremadura y que se pueda salvar una situación que ya es límite.